Laced [Soukoku-Omegaverse]

En la oscuridad.

— No tenía ni idea de que el rey consorte aparecería — hablaba con calma el guardia real — El mensajero debió equivocarse —

La ceremonia de coronación había terminado y gracias a los príncipes que habían notado cierta presencia extraña entre las filas de los nobles, los enviados del reino de Saraton, fueron interceptados por Ango en cuando la reina tomó su trono, dándoles una bienvenida breve, llevándolos directo a sus habitaciones.

— ¿Equivocarse? — susurró Chuuya conteniendo su enojo — ¡Fue una trampa! — gritó.

— Sea lo que sea, debíamos llegar — comentó tranquilo Oda — Es una suerte que el rey consorte siga vivo —

La expresión de Chuuya se volvió amarga, ocultando su rostro entre sus manos suspiró frustrado — No hay trato —

— Príncipe Chuuya — hablo Gin — Estoy segura de que Lord Oda ya se lo ha dicho, pero el rey Randou no lo dejará volver sin un consorte o un tratado de paz. Un duelo con la reina no soluciona ninguna de las dos cosas, el rey consorte de este reino debe estar sufriendo mucho, sin embargo, debe estar resistiendo por el bien de sus hijos —

— Gin —

— El príncipe Chuuya al que toda la guardia real de Saraton sigue no es ningún cobarde ni un egoísta —

— Necesito aire — soltó el pelirrojo dejando a sus guardias en su habitación.

Por los largos pasillo que llevaban a los jardines el príncipe de Saraton caminaba sin rumbo, perdido en sus pensamientos, cuando recordó el aroma que había sentido antes de la coronación, pues de un momento a otro volvía encontrarse con el mismo, la diferencia era que el portador estaba ahora frente a él.

— Majestad — habló el beta — No esperaba encontrármelo en este lugar ¿Se perdió? —

— No, estoy bien — contestó Chuuya con una reverencia — Necesitaba aire —

— En realidad me da gusto encontrarlo aquí — continuó Ranpo — Su alteza real, la reina Yosano me mando a solicitar su presencia, le concederá una audiencia —

Chuuya asintió y siguió al beta hasta la entrada de la sala de reuniones del palacio, dónde la reina junto con el rey consorte los esperaban.

— Príncipe Nakahara, sol del amanecer, heredero al reino de Saraton y su alteza el príncipe Ranpo — anunció el guardia la llegada de los jóvenes.

Chuuya se tomó un momento para relajarse y entrar, pensando, que entre más pronto se encontrara con la monarca, quizá tendría más posibilidades de hacer un plan alterno.

— Gloria a la luna nueva que reina sobre el cielo — saludó Chuuya a la recién coronada reina haciendo una reverencia al llegar ante Yosano — Y a la luna menguante dadora de vida — se dirigió a Mori que estaba al lado de su hija. De acuerdo con el protocolo, sólo los reyes, reinas y herederos podrían recibir un título que les era otorgado por alguna divinidad, a través de los sacerdotes del templo, el reino de Erizel era bendecido con la luna, y el de Saraton lo bendecía el sol.

— Espero que se haya podido instalar adecuadamente — habló la monarca — Lamento interrumpir su reposo, príncipe Chuuya, pero comprenderá que el tiempo apremia —

— Gracias por su hospitalidad, su alteza — se levantó, sentándose frente a ellos en cuanto Yosano lo invitó — También quisiera poder regresar a casa pronto, con buenas noticias para mi padre —

— Me alegra el entusiasmo — comentó Mori — Le estoy completamente agradecido al reino de Saraton por enviar a semejante representante a la coronación de mi hija, no esperaba menos de un reino aliado y amigo, y, espero que desde ahora nuestra unión sea aún más fuerte —