Itachi Uchiha

5.3K 423 250
                                    

Sabía perfectamente que a Sasuke le pasaba algo. Por más de ser lindo conmigo, cuando lo veía observando hacia la nada, tenía una mirada frustrada y con resentimiento... No quisiera pensar que fuera por Naruto, ¿de verdad su rivalidad se está convirtiendo en... odio? Quisiera creer que no.

—Sakura—escuché su voz.

Estaba a punto de chocar contra él cuando a alcé la vista.

—Sa...Sasuke-kun.

No podría acostumbrarme a su presencia, a pesar de todo, siempre lograba ponerme nerviosa.

—¿En qué tanto piensas?—preguntó curioso, alcanzando su ceja—O... ¿en quién?

Reí.

—En alguien... ¿quieres adivinar?

Esbozó media sonrisa.

—Veamos... Mmm, es un ninja muy talentoso—añadí mientras él me veía divertido.

—¿Y cómo se llama?

—Naruto—bromeé.

Sus expresiones cambiaron, viéndose enojado y se giró para comenzar a caminar. ¿De verdad se enojó?

—¡Ay ya, no te enojes!—corrí para alcanzarlo y lo tomé del brazo.

Él seguía caminando rápido y yo trataba de seguirle el ritmo.

—¡Sasuke-kun...!—dije alargando su nombre.

—No tengo ganas de hablar—masculló.

Le di un rápido beso en la mejilla y se detuvo, viéndome con más tranquilidad. Sonrió un poco.

—¡¿Sakura?!—escuché a Ino gritar—¡¿Sasuke?!

Sasuke y yo volteamos y nos encontrábamos en medio del centro de la aldea. Sin darnos cuenta, habíamos caminando demasiado y ahora el Equipo 10: Shikamaru, Choji e Ino nos miraban atónitos.

—Vámonos—susurró Sasuke, me tomó de la mano y nos fuimos con rapidez por los edificios.

En mitad del camino, Sasuke se detuvo porque vio un halcón.

—Kakashi me llama—me miró dudoso—¿Me acompañas y me esperas?

Asentí. Fuimos a buscarlo y estaba afuera del lugar donde venden Dangos, sonreí ante tal recuerdo.

—¿Kakashi-sensei llegando temprano?—le susurré a Sasuke.

—¡Vienen los tórtolos!—dijo nuestro sensei y Sasuke lo mira molesto.

—¡No, no! Yo vengo por un dango—dije nerviosa y me adentré.

—Kakashi, es raro que aparezca antes, ¿a qué se debe?—preguntó Sasuke.

Ignoré por completo su conversión porque cuando me senté, al lado de mí se encontraban dos sujetos con túnicas negras con estampado de nubes rojas. Sin embargo, llevaban sombrero y no podía verse su rostro. Por alguna extraña razón, sentí escalofríos. Pedí un dango y cuando volteé, ya no se encontraban. Qué extraño.

(...)

—¡Tengo una eternidad esperándote!—resoplé cuando Sasuke, después de casi dos horas, volvió por mí.

Se encogió de hombros y se sentó a mi lado, yo aún estaba en el restaurante. Sasuke me miró con detenimiento, después de haberse situado a mi lado.

—He estado pensando—comenzó a decir—Que si tuvieras el cabello rojo, parecerías un tomate.

—¿Se supone que es un cumplido?—le digo mirándolo de mala gana.

Mi Flor de Cerezo (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora