¿Despedida?

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En entrenamiento con Tsunade estaba ocupando la mayor parte de mi tiempo, agregando que termino agotada y sin casi nada de chakra.
Y por otra parte, Sasuke parecía volver en sí, poco a poco. Sin embargo, su pregunta me dejaba pensando. ¿A qué se refiere conque si le ayudaría con su venganza? Contra Itachi, eso lo sé, ¿pero piensa irse de la Aldea? No podría hacer eso. Sasuke no podría irse.

—Sakura, como sabrás, la situación entre tus compañeros de equipo es un tanto crítica—decía Tsunade—así que, en esta misión, irás solamente con Sasuke y Kakashi irá con Naruto.

¿A esto hemos llegado? Kakashi-sensei me veía dudoso, sabe perfectamente que siempre estoy en medio de Naruto y Sasuke.

Tocaron la puerta y Sasuke entró, con su típico semblante serio.

—Uchiha Sasuke, que bueno que llegas.

—¿Qué pasa?

—Esta misión sólo es para ustedes dos. Tienen que entregar este pergamino al señor feudal a las afueras de la aldea, programo con que vuelvan mañana—explicó Tsunade.

Volteé a ver a Kakashi-sensei y éste me hacía señas como si nos fuera a estar vigilando. Bufé.

—¿Y Naruto?—preguntó Sasuke tratando de ocultar su interés.

—Irá con Kakashi a una misión diferente.

Vi a Sasuke apretar su puño.

—¡Listo, váyanse!—dijo Tsunade-sama.

Nos entregaron el pergamino y Sasuke y yo nos echamos a andar. Caminábamos en silencio y por primera vez, sentí que era incómodo.

—Oh, Sasuke, no te he contado que comencé a entrenar con...

—¿Por qué Naruto va con Kakashi a su misión?—cuestionó con resentimiento, interrumpiéndome.

—Uhm, podríamos haber ido los tres a misión como siempre pero dicen que no está bien la situación entre Naruto y tú.

—¿De verdad piensas eso?

—Fue lo que dijeron—me escudé.

—Tsk. Mejor acabemos con esta misión de inmediato—dijo y comenzó a saltar sobre los árboles con más velocidad.

Suspiré. De verdad que Sasuke está insoportable hoy.

Ni siquiera quiere estar conmigo.

¿De verdad no debo esperar nada de él? Parece que un día soy su mundo entero y al otro día nada. Estoy muy confundida y hoy estoy cansada como para perseguirlo. Llegamos a la casa del señor feudal cuando ya había oscurecido.

—¡Buenas noches, señor! Soy Sakura Haruno y traemos el pergamino que se nos asignó para usted—dije al llegar.

—Pero qué chica tan educada—rió—Deben estar agotados. Pasen, les prepararé cena y un lugar para dormir.

—¡Muchas gracias!

El señor feudal nos preparó un banquete y Sasuke y yo cenamos en silencio. Su indiferencia realmente me hacía frustrarme.

—Acabé—avisé, sin recibir alguna respuesta.

Me cambié y salí a la parte trasera del lugar, a sentarme para apreciar las estrellas. Era una noche maravillosa; las constelaciones parecían identificarse en este limpio cielo y se veía precioso.

—Sakura.

Era Sasuke.

—¿Si?—no volteé a verlo.

—Sakura.

—¿Qué?—dije alargando la frase y volteé.

Sasuke tenía unas flores de cerezo en sus manos.

Sakura, sé fuerte. No caigas ante cualquier encanto de este emo. Ugh. ¿Por qué es tan difícil resistirme?

—¿Y eso qué?—dije, volteando la mirada.

Se sentó a mi lado. Colocó las pequeñas flores en mi oreja y me estremecí.

—Perdón, Sakura, por hoy. No mereces que te trate así.

—Exacto, no lo merezco.

—Sakura—tomó mi barbilla y finalmente lo miré a los ojos—Soy un asco, ¿si? No sé cómo actuar contigo, no soy bueno en esto.

¿Me va a alejar?

—Sasuke-kun...

—Pero...—comenzó a decir dudoso—Me gusta estar contigo. Me frustra bajar la guardia contigo, Sakura.

—¿Por qué no me dejas entrar a tu vida, Sasuke?

—Mi vida...—susurró—No puedo permitirme que nadie entre.

Quise llorar pero no podía hacerlo. No enfrente de él. Solamente bajé la mirada.

—Pero tú estás en mi mente, aunque yo no quiera, por más que me resista, no puedo.

—Sasuke-kun... ¿por qué no me cuentas que te pasa?

Parecía resistirse a hablar.

—Sakura—me abrazó repentinamente y descansé mi cabeza en su pecho—No importa el camino que tome, siempre estaré pensando en mi flor de cerezo que nunca se marchita.

Mis lágrimas cayeron lentamente.

—Sasuke—sollocé, alcé la mirada y me encontré con sus ojos negros.

Sin dudarlo, lo besé. Recibió mis labios sin pensarlo y se convirtieron en uno solo. Comencé a subir la intensidad del beso. Sentía calor en el ambiente, aunque estuviese fresco. Lo besaba con desesperación y anhelo, él parecía seguirme el ritmo. Finalmente, me separé para tomar aire.

¿Por qué esto parece una despedida?

Mi Flor de Cerezo (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora