DIX- SEPT

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— Hey, mírame. Es pintura, se puede lavar, no pasó a mayores— le aparté la nota de un manotazo e hice que me mirara a los ojos.
— Pero... la nota dice que—
— La nota es solo eso, una nota, no te puede hacer nada. Ven para este lado—
Lo jalé hasta una esquina para apartarlo de su carro.
— Solo es pintura, Bright—
— Win, sabes que no es eso lo que me preocupa. ¿Cómo se supone que esto pase en un lugar con vigilancia? ¿Qué mas va a pasar aquí?—
— A ti no te ha pasado nada que es lo más importante—
— ¿Y cuánto tiempo más hasta que me pase algo a mi?— Me miró a los ojos con preocupación y se retiró hasta donde estaba su amigo.

Me pasé las manos por la cara con frustración. Sonaron los timbres del elevador y por la puerta salieron Mike, Off y un chico más.
—¡Bright! Recibimos tu mensaje, ¿qué fue lo que pasó?— Off se le acercó rápidamente mientras Mike se iba a un lado de Tay.
— ¿Mensaje? Yo no mandé nada—
—Pero...—
— Bright, ¿qué mierda le pasó a tu auto?— le interrumpió el chico que no conocía.
— Esa es la verdadera pregunta— Bright se acercó con sus dos amigos a su carro— Esta lleno de pintura y tiene una nota. Y por supuesto, la nota está escrita a mano...—
— Con la letra de Nevvy— a completó Mike — Y volvemos a a las mismas. No entiendo, de verdad, ¿como se le ocurre venir a hacer esto aquí?—
— Siempre hemos sabido que estaba un poco... obsesionada con el control— Agregó Off— Pero esto es un nivel completamente distinto—
— ¿Y de verdad crees que lo haya hecho ella?—
— ¿Quien más si no?—
— Es que no tiene sentido—
—¿Como que no tiene sentido?—

— Bright— interrumpí la discusión de los cuatro hombres— Las cámaras de seguridad. Dijiste que este es un lugar con vigilancia, las cámaras de la entrada o el elevador deben haber grabado algo—
Bright se acercó a mi con cuidado y me tomo la cara entre las manos.
— Eres... cuatro empresarios discutiendo aquí y eres al único al que se le ocurrió. Eres brillante Win. Vamos— me tomó de la mano y corrió conmigo al elevador, siendo seguidos por los cuatro amigos de Bright. Una vez llegamos al piso correcto, Bright dio instrucciones a los encargados de seguridad de revisar las cámaras de la entrada a los elevadores, la puerta principal y el estacionamientos.
— ¿Alrededor de qué hora señor?— preguntó uno de los guardias.
— Eh... no lo sé, ¿3 de la tarde?— respondió.

Mientras Bright coordinaba las cámaras, sus demás amigos estaba ocupados texteando o en llamadas intentando encontrar información que fuera útil, sin embargo, uno de ellos estaba más alejado de los demás hablándole en bajo al teléfono.
— Señor — habló el guardia anterior— hemos estado revisando las cámaras desde que inició nuestro turno, no ha pasado nada raro desde entonces—
— Y entonces explíqueme cómo es posible que hayan pintado mi carro y nadie se haya dado cuenta—
— Tal vez fue solo una broma— insistió el guardia.
— ¿Una broma? Una broma pesada y de mal gusto. El problema no es el carro ni la pintura— para ese momento parecía que hablaba más para sí mismo que para el guardia— es su maldita necedad de demostrar el "poder" que tiene. Soy capaz de irme sobre sus huesos. Tú— miró fijamente a uno de los encargados de cámara que estaba en la esquina contraria de la habitación— tráeme a tu jefe, Kao sabrá qué hacer— el chico salió disparado de su silla y Bright se alejó hacia la pared. Fui tras él y puse mi mano en su hombro.

—Win...— susurró apenas.
— Mantente tranquilo, perder la cabeza no le traerá nada bueno a nadie. Tus amigos están intentando buscar información útil, estoy seguro que encontrarán algo que te ayudará— le hablé dulcemente en voz baja para tratar de tranquilizarlo. Sus oscuros ojos se clavaron con firmeza en los míos, y se acercó hasta que fuimos capaces de compartir el mismo aliento.
—¿Cómo haces para calmarme con tan solo un par de palabras?— preguntó.
— Es un don— le sonreí, logrando que me respondiera de la misma forma. Un poco más calmado, se acercó de nuevo a los monitores de cámaras a observar.

ଽ   ꞋꞌꞋ Oɴʏx ꞋꞌꞋ ᝢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora