DOZE

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Ni siquiera recordaba haberme levantado, simplemente sabía que estaba sentado en la meseta con una taza enfrente, y tampoco sabía lo que contenía.

Le di un trago, e inmediatamente puse cara de asco.
Era café, sin azúcar, sin crema, muy cargado y frío. Yo nunca tomaba el café así. Solté un suspiro mientras me levantaba a llevar la taza al lavabo, mirándome de reojo en el espejo de la sala. Tenía ojeras marcadas y los ojos hinchados por haber llorado la noche anterior.
— Te ves pésimo, Win— me hablé a mi mismo.
Aparte la mirada del espejo e hice lo que tenía que hacer. Sin ganas, fui a mi cuarto, directamente a tirarme en la cama. Eran aproximadamente las 12 del día, la luz del sol entraba con fuerza por la ventana, calentando la tela de la gruesa sudadera que tenía puesta. No sentía ánimo de nada y no podía dormir, así que me quedé pensando en qué podía hacer.
De repente, se me prendió el foco. Tomé mi celular, listo para marcar el número de mi mejor amigo.

— ¿Bueno?¿Frank?—
— ¿Win? Hola, ¿qué pasa?—
— Eh... ¿tienes tiempo para venir a mi casa? Realmente necesito hablar con alguien —
— Oh, bueno... estoy en el trabajo pero en una hora más o menos salgo. ¿Quieres que nos veamos en algún café?—
— Eh... ¿no quieres venir a mi departamento ?—
— Win, tu departamento está a la salida de la ciudad, mejor nos vemos en un café y si quieres, me puedo quedar más tarde en tu casa—
— ¡Si! Esta bien, ¿te veo en Moonlight café en una hora?—
— Nos vemos en una hora entonces, y oye... todo va a estar bien ¿okey?—
— ¿Como...? Gracias Frank, nos vemos—

Siempre me sorprendía lo fácil que era sentirme mejor después de hablar con Frank. A pesar de ser conversaciones pequeñas y muchas veces así de cortas, siempre sentía confortado y tranquilo después de hablar con él.

Solté un suspiro y miré por la ventana del cuarto. Había un pajarito amarillo posado en el borde, mirando hacia dentro con curiosidad. En cuanto hice un pequeño movimiento pió y se fue volando. Lo tomé como un símbolo de que todo iría a mejor.

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El sol de la 1 de la tarde era potente y agresivo. Sentado bajo el ligero toldo de la cafetería, con el sudor escurriéndome por la espalda a pesar de la ligera camiseta azul celeste que llevaba, los minutos corrían lentamente. Había estado esperando a Frank por unos 5 minutos y ya me sentía harto, el cansancio y el sueño no me ayudaban en nada, y a pesar de que llevaba unos lentes de sol, sentía una molestia considerable en los ojos.

—Bueno, no puedo decir que es lo mejor que te he visto, pero al menos estás respirando—

Frank llegaba por detrás de mi con una sonrisa ligera en el rostro, haciendo que yo le correspondiera.

—Gracias, ahora me siento mucho mejor—
—Venga, no seas tan sentido. Sabes que te quiero—
—Y tu tienes que dejar de ser tan crédulo—

Ambos nos reímos y comenzamos a platicar de trivialidades que sucedían en nuestras vidas. Una vez ordenamos lo que íbamos a tomar, Frank tocó el tema de las relaciones de una forma muy sutil.

—Bueno, desde que Drake tomó ese trabajo tan elegante ya no tiene tanto tiempo como antes, y lo extraño por las tardes en el departamento—
—¿De verdad? Creí que querías que tomara el trabajo—
—Claro, es lo que el quería y además es una gran oportunidad de crecimiento, esa empresa es muy buena en su campo, pero eso no quita que lo extraño. Por cierto, ¿ cómo van las cosas con ese chico? —

Genial, el tema que no quería tocar. Para mi suerte, nos trajeron rápidamente las bebidas y pude usarlo de distracción, pero a Frank era muy difícil que se le olvidara algo, mucho menos con un tema como este.

ଽ   ꞋꞌꞋ Oɴʏx ꞋꞌꞋ ᝢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora