TROIS

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— ¿Bright?—
Win estaba frente a mi, mirándome con una expresión preocupada.
— ¿Si? — le respondí.
— Oh, es que te quedaste mirando a la nada con cara de enojado, ¿estás bien?—
Le dediqué una mirada por un par de segundos.
— Si, claro—

Me miró, no muy convencido, pero asintió.
—¿Puedes traer un par de platos? Están en la alacena de allá— hice lo que me pidió y pronto estábamos comiendo en la meseta. Por un segundo, en mi mente se pintó la imagen de Win acostado en ese mismo lugar, conmigo encima y besando cada parte de él.

Un sonrojo intenso se apoderó de mi rostro, y el bocado se me atoró en la garganta, provocándome una tos tan violenta que Win tuvo que levantarse a ayudarme para que no me ahogara.
— Lo siento— respondí cuando ya estuve más calmado — no sé qué me pasó—
— Está bien, pero ¿ya estás mejor?—
— Si, si, gracias —

El resto del desayuno nos lo pasamos en silencio, dedicándonos miradas y sonrisas pequeñas. Cuando terminamos de comer, entre los dos lavamos los platos y sartenes, completamente en silencio, y sin embargo, no era incómodo. Parecía que la compañía del uno al otro nos complementaba bien.
Una vez que terminamos, Win fue a su cuarto, conmigo detrás.
— Voy a tomar un baño— me dijo, mientras se echaba al hombro una toalla.
Asentí mientras lo observaba dirigirse al baño. Se detuvo un segundo en la puerta y me dio una mirada extrañamente dulce para las palabras que siguieron.
— Tu... puedes acompañarme si quieres— se metió, sin cerrar la puerta del todo, dejándome ver como la ropa que se quitó se acomodaba en su bote de ropa sucia.

Cuando escuché como se abría la regadera, me quité la ropa, dejándola encima de la cama y me metí al baño. Win estaba parado en la tina con los ojos cerrados, recibiendo completamente el agua que le caía en la cara, y la imagen que daba me pareció lo más etéreo que había visto en mucho, mucho tiempo.

Me acerqué hasta él y lo abracé por la cintura, apoyando mi cabeza en su hombro. Win me ganaba por unos cuantos centímetros, así que cuando echó la cabeza para atrás quedó apoyada sobre la mía. Nos quedamos en esa posición durante unos cuantos segundos, disfrutando el abrazo.
Cerró la llave y comenzó a pasar el jabón por mis manos. Volteó hacia mi y siguió pasándolo por todo mi cuerpo. Cuando fue mi turno de enjabonarlo, me agaché para dejar un beso a la altura de su ombligo. Sonrió tímido, y me levantó la cara para dejarme un beso en los labios.
Nos pusimos el shampoo el uno al otro y empezamos a juguetear entre nosotros con la espuma.
Abrimos el paso del agua otra vez y mientras nos enjuagábamos el jabón del cuerpo, nos besamos con lentitud, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo.

Con cuidado, salimos de la ducha y lo envolví en la toalla que había traído.
— Así no voy a poder caminar para salir de aquí — se quejó
— No te preocupes, ya lo tengo resuelto— lo cargue como si fuera un bebé y con cuidado caminé hasta depositarlo en la cama mientras se reía.
— Te voy a vestir, ¿donde está tu ropa?— le dije mientras caminaba a lo que parecía ser su ropero.
Pareció dudar pues se quedó unos segundos en silencio hasta que lo miré.
— En el primer cajón está mi ropa interior y toma cualquier playera que veas—
Tomé lo que me pidió y regrese a su lado para vestirlo, pero antes de hacer nada, me interrumpió.
— Deberías buscar algo para vestirte tú también, no tienes ropa limpia—
— Pero...—
— Ve a buscar algo de mi ropa, yo me visto, no te preocupes— me sonrió y después de esa sonrisa, no pude negarme.

Una vez vestidos los dos, me acosté tirando la mitad de mi cuerpo encima del de él y cerré los ojos. Pude sentir como las manos de Win me acariciaban el cabello todavía húmedo y solté un suspiro.
— Eres guapo— me soltó. Abrí los ojos ligeramente para mirarlo. Su rostro estaba cerca del mío y sus pequeños ojos negros tenían un brillo diferente en los ojos. Le sonreí.
— Tú eres hermoso— le dije todavía con la sonrisa en mi cara y le di un pequeño beso en la nariz. Pasé mis brazos alrededor de su cintura para abrazarlo y apoyé mi cabeza en su pecho.
— ¿Nos vamos a volver a dormir? — pregunté
— No lo sé... ¿quieres ver una película? —
Asentí, pero ninguno se movió realmente. Sus dedos comenzaron a acariciar mi espalda y me relajé aún más.
— ¿Te gustan las películas románticas?— me preguntó
— No realmente, prefiero las de suspenso —
— ¿Y la música? —
— Me gusta la música. Toco la guitarra y un poco de piano —
— ¿Te gusta el piano? —
— Si, pero la música clásica no mucho— apoyé mi mentón en su pecho y mantuvimos la conversación mientras nos mirábamos a los ojos.
— Y... ¿cantas? —
— Un poco, realmente solo es como un hobby —
— Entonces, ¿qué tipo de música te gusta? —
— Puedo escuchar de todo. Si una canción me gusta, la escucharé, no me importa el género—
— Mmmm— asintió — Entonces supongo que te gusta bailar —
— No realmente, solo cuando salgo de fiesta o para alguna ocasión especial—
— ¿Y anoche fue una fiesta o una ocasión especial? —
— Fue una fiesta, pero se convirtió en una ocasión especial cuando nos besamos—
— Mira esa labia —

ଽ   ꞋꞌꞋ Oɴʏx ꞋꞌꞋ ᝢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora