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SIX

Desperté por sentir el sol pegándome de lleno en la cara. El peso de un brazo alrededor de mi cintura me hizo saber que Bright había cumplido su palabra y me había mantenido abrazado toda la noche. Sonreí para mí mismo. Estábamos tal cual habíamos dormido, aún en la posición de cucharita con él envolviendo mi cuerpo.

Inconscientemente me eché para atrás y sentí de inmediato algo duro pegar contra mi cadera. Me quedé inmóvil. Bright apretó su abrazo alrededor de mi cintura, y aún durmiendo, restregó su cabeza contra la mía. Incrédulo, volví a echar mi cadera hacia atrás solo para sentido de nuevo un bulto duro. Me sonrojé de inmediato. Bright tenía una erección matutina.

Me quedé quieto durante un rato valorando qué hacer. Si lo despertaba, probablemente se avergonzaría y se iría al baño o algo así, cosa que yo no quería, y si no lo hacía...
Me mordí el labio con nerviosismo y mientras mi cabeza divagaba, sentí la respiración de Bright en mi cuello, provocándome un escalofrío. La sensación de tenerlo tan íntimamente cerca de mi me puso aún más, y sus dedos, que estaban tan delicadamente posados sobre mi abdomen, me provocaban una sensación de ardor que me hacía cosquillas en el vientre.

Tomando valor, volteé mi cuerpo hacia el. Observé sus facciones relajadas al dormir. Siempre me sorprendía lo guapo que podía verse sin ni siquiera intentarlo.

Me acurruqué en su cuello, inhalando su aroma natural, y dejé un beso en el mismo lugar. Mientras separaba mis labios, mis manos acariciaban su espalda con cuidado, pasando las uñas ligeramente. Subí mis besos por su cuello hasta llegar a sus labios, donde planté un beso apasionado. Me gustaba la sensación de besarlo, aunque no correspondiera mis besos. Seguí besándolo y paseé mi mano por su abdomen. Levanté ligeramente la playera con la que dormía y acaricié ahí donde se unía su piel con el elástico de la ropa interior. Mis besos en sus labios continuaron hasta que él empezó a corresponderme de forma perezosa.

Acaricié su cabello con mi mano libre y él apretó su abrazo en mi cintura. Nos separamos con un chasquido húmedo. Todavía tardó un par de segundos en abrir del todo los ojos.
— Buenos días— le dije
— Que bonita forma de empezar el día— su voz ronca de recién despierto era completamente seductora.

Me acerqué a darle otro beso y metí mi mano dentro de su ropa interior.
Abrió los ojos con sorpresa mientras que yo solo mantenía mi sonrisa triunfante, y así, mirándonos a los ojos, comencé a bombear alrededor de su erección.
Cerró los ojos mientras soltaba un jadeo.
— No cierres los ojos. Mírame— exigí

Abrió los ojos con dificultad, y clavó su mirada en la mía con intensidad. Seguí con mis movimientos, escuchando como sus jadeos se hacían más y más pesados.
— Win... Win, por favor— suplicó. Aceleré los movimientos de mi mano, dándole justo lo que pedía.
— Win, para, ya casi estoy ahí— me dijo con la voz entrecortada.
— ¿Y por qué habría de parar?— susurré sobre sus labios.
Fui más rápido, hasta que no pudo  controlarse más. Cerró los ojos, y diciendo mi nombre una vez más, se dejó ir.

— Ahora si son buenos días — le dije mientras unía nuestros labios de nuevo.
— Ahora nos tenemos que bañar — respondió. Me abrazó de la cintura, tirándome encima de él mientras ocultaba su cara en mi cuello.
—Vamos— dijo aún contra mi cuello.

Caminó hasta el baño conmigo enganchado de su cintura. Aún en esa posición, se deshizo de mi ropa interior y me metió en la ducha. Me dejó ahí y abrió el paso del agua mientras él se quitaba la ropa. Cuando estuvo listo, entró conmigo. Fue un baño tranquilo, apenas y nuestros cuerpos rozaban. Se sentía extraño no tener sus manos alrededor de mi cuerpo, o sus labios sobre mi. Salimos sin decir nada y nos vestimos en silencio, solo dándonos miradas suspicaces.