QUINZE

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Cuando desperté, ya empezaba a caer el sol. Rayos anaranjados entraban por la ventana y el cielo estaba pintado de un rosa potente, pincelado con amarillo y naranja.
— Estamos mal con la gente de California, no sé por qué están tan reacios a comprarnos lotes de juegos cuando hemos demostrado a la perfección llenar las expectativas del mercado. Los últimos días se negaron a hablar, incluso conmigo. Creo que solo reaccionarán si vas tú— una voz que no conocía se escuchaba detrás de mi, así que discretamente me puse a escuchar con mas atención.
—Acabamos de pasar una crisis con una planta de trabajadores, justo aquí, bajo mis narices, si me voy siento que sería desastroso— La voz de Bright sonaba ligeramente preocupada.
— Pero esto también es importante—
— Lo se, pero...—

Sin querer, moví mi pierna y tiré un cojín del sillón.
—Hey, Win— Bright se levantó de inmediato y fue a verme, acuclillándose a un lado de mi— ¿Descansaste bien?—
Entrecerré los ojos para parecer recién despierto y asentí con la cabeza, sin hablar.
—¿Tienes hambre? ¿Frío? ¿Quieres que te traiga un café?—
— No Bright, estoy bien. ¿Cuanto tiempo dormí?—
— Yo diría que unas 3 o 4 horas, me alegra que hayas podido descansar— me acarició el cabello con dulzura y me miró a los ojos con el mismo cariño. Sus grandes manos me transmitían paz y calidez ahí donde me acariciaba.
— Ehem...— la voz que había hablado antes carraspeó para hacernos saber que seguía ahí.
— Ah, lo siento Off. Winnie, ¿quieres pararte?—me extendió la mano y yo se la tomé.

Una vez parados, evite mirar a la persona que tenía enfrente, así que fijé mi vista en mis pies.
—¿Dónde están mis zapatos?— pregunté cuando vi mis calcetas azul pastel.
— Cuando te dormiste, te dormiste tal cual estabas, así que me asegure de quitártelos para que durmieras más cómodamente. ¿Tuviste frío? Solo tenía mi saco a la mano para taparte, lo siento—respondió Bright con rapidez.
—No, para nada, dormí cómodo y cálido gracias a ti—
— Ni lo menciones, me hubiera gustado tener una manta para cubrirte un poco...—
— Muy bien, demasiado dulce ajeno para mis ojos, me voy. Bright, piensa en lo que te dije, Win, un gusto por fin poder conocerte y ponerle cara al chico del que no deja de hablar este cabezota, nos vemos luego— y sin más, el chico con el que estaba hablando Bright salió de la oficina.

— Perdón por interrumpir, no sabía que era importante— me disculpé de inmediato.
—No te preocupes, solo estábamos terminando de discutir detalles con Off. ¿Listo para irnos?—
—¿Ya? Si aún no termina tu turno, no me molesta esperar un poco más—
— Está bien Win, no afectará que salga un poco antes. Mañana vendré desde la mañana y estaré el turno completo más una o dos horas extra para compensar mi ausencia—
—Uh... está bien entonces—
— Déjame recoger estos papeles que tengo que llevar a recursos humanos y estamos listos para irnos—
Asentí y me puse los zapatos mientras Bright recogía los papeles que necesitaba.

Salimos de la oficina y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos para dejarnos algo de movilidad. Nos metimos al ascensor en medio del silencio, mientras el leía uno de los documentos que traía en la mano. El ascensor se detuvo en un piso antes de la recepción y por la puerta entró una señora de cabello negro y ondulado. No se veía vieja pero tampoco joven, se veía mayor, casi como si tuviera la edad de... mi madre.

Ese pensamiento me devolvió la imagen de ella conectada a una infinidad de sueros y tubos para que respirara correctamente. Solté un suspiro cansado y apoyé mi cabeza en el hombro de Bright.
—¿Que pasa?— afianzó su agarre en mis dedos y volteó la cara hacia donde estaba.
— Creo que necesito ir a ver a mi madre—
—¿Estás seguro?—
—Si—
— De acuerdo— acarició mi cabeza con la punta de sus dedos— Iremos después de salir de aquí, ¿está bien?—
— ¿Iras conmigo?—
— No te voy a dejar solo en una situación así de difícil, te dije que me iba a quedar a tu lado para que no se te caiga el mundo encima, y lo voy a cumplir—

ଽ   ꞋꞌꞋ Oɴʏx ꞋꞌꞋ ᝢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora