OMEGA
Capítulo seis: Tempestad.
Despertó en un lugar que no conocía. No era extraño, no después de todo lo que le había pasado. Intentó escapar de los recuerdos por su propio bien; nada volvería a ser igual, el sabor agridulce de sus labios jamás se iría. Giró su rostro y se encontró sola en una habitación completamente blanca sin ventanas.
Cuando trató de ponerse en pie las piernas le temblaron ligeramente. Sintió recorrerle un dolor desde la cintura hasta su pierna derecha, no recordaba tener algún golpe. Se examinó entre la delgada bata blanca que traía y sobre su glúteo izquierdo encontró una marca, un pequeño abanico. Por el contorno rojizo supo que se la habían hecho con hierro caliente... como si fueran animales.
Gruño sin proponérselo, tampoco era momento de perder la cordura, sólo importaba una sola cosa...
Aspiró el aroma en el aire, buscando a Naruto. Un suave olor se colocó y supo que estaba lejos, ese maldito bastardo no los quería cerca. Trató de calmarse, por lo menos sabía que estaba bien.
¡Era tan inverosímil! tan irreal que ni siquiera se daba cuenta de los cambios que estaba teniendo su persona.
Frente a ella había una puerta de metal corrediza como las otras que había mirado; por supuesto que no se abrió cuando se acercó, sabía que los tendrían encerrados. Sobre su espalda había otra puerta que conducía a un pequeño baño. Entró en él y por primera vez se observó en un espejo.
Sus dientes se habían convertido en colmillos, en su cabellera roja un par de orejas peludas les brindaban compañía. ¡¡¿Que diablos estaba pasando?!! Golpeó sus mejillas mientras trataba de razonar y se sintió peor cuando un susurro le contestó.
«Eres un hibrido».
—¡¿Qué mierda?! — gritó en medio de su locura. ¡Se le estaban zafando los tornillos! Estaba por entrar en una crisis nerviosa cuando el ruido de la puerta deslizarse la perturbó. Se encerró en el baño con temor, no estaba lista para volver a enfrentarse a él. A pesar de la furia que demostraba, también estaba su miedo.
Aquella bestia la había profanado de una manera aterradora.
Por más que deseaba sentirse asqueada, su cuerpo había reaccionado a sus caricias, a su lamentos y a sus gruñidos. Se había cegado por una ola de calor que jamas habia conocido. Al principio creyó que la habían drogado, pero el calor iba y venía, era algo...
«Fisiológico».
—¡Cállate!— gruñó cabreada. No estaba loca, algo estaba en su cabeza ¿un parásito? ¿una alucinación? Su... «Instinto».
—Déjame en paz... — susurró dudando de sí misma, no estaba lista para ello, ni para nada más.
Cuando la puerta se abrió un hombre de cabellos castaños le regresó la mirada. Kushina frunció el ceño al sentir ese olor mezclarse con el suyo. Fugaku le señaló con el dedo que saliera del baño y ella lo acató; lo reconocía. No necesitaba ser un lobo para saber que aquel hombre era el dueño de sus pesadillas, sin embargo, era más su odio que su miedo.
Con él venía la chica de cabellos rosados que había mirado antes. No se fiaba de ninguno de los dos, sin embargo, le tranquilizaba que ella estuviera ahí. Así no sería de nuevo tomada, no de la forma que temía.
¿Acaso ella se convertiría en lobo? Sí aquel hombre era la misma bestia probablemente la mordida en su cuello y su cambio físico se debía a una especie de transformación o mutación. ¿Por qué les habían secuestrado a todos ellos?
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Omega
FanfictionCuando enormes bestias los muerden sellaron su destino. Fueron llevados a otro lugar a salvar una especie en peligro de extinción. Naruto sabe que de debe salvarlos a todos, incluida su madre. SasuNaru. Omegaverso.