Mónica:

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Al llegar a este hermoso lugar, siento una paz que nunca había sentido en mi vida, al entrar al contacto con la naturaleza me hizo estar en calma y así poder pensar bien las cosas de que es lo que estoy haciendo exactamente con mis sentimientos.

Una parte tan grande de mi sabe que quiere estar con rodrigo pero hay otra que me dice que debo alejarme, todo este tiempo solo traté de congelar eso, que al final de cuentas ni siquiera se que sea lo que sucede. Un ruido me interrumpe de pronto y me saca de mis pensamientos.

-Hola, nena- una voz familiar femenina se acerca por detrás de mi, volteó al instante y enseguida la reconozco.

-Hola, amiga, ¿cómo has estado?- la abrazo y ella hace lo mismo.

-Muy bien, creí que no vendrias- ella se acomoda un mechón detrás de su oreja, tiene un cabello tan lindo, ondulado a mitad de espalda y color negro que al estar en contacto con los rayos del sol le brilla.

-Por supuesto que si, no me lo perdería, aparte me hacia falta- ella sonríe y asiente a lo que he dicho.

Noto algo extraño en ella, pero es algo positivo.

-Te pintaste las puntas del cabello, ¿cierto?- ella toma un mechón de su pelo y se tapa la mitad de su rostro como avergonzada.

-Si, ¿se ve mal?- se pone algo nerviosa.

-Por supuesto que no amiga, te vez linda- le sonrío y ella hace lo mismo.

-Vale, ven que te tengo que mostrar las cabañas- ella me toma del brazo y prácticamente me lleva corriendo.

Después de caminar unos 10 min llegamos, las cabañas son hermosas y me puedo creer que estaré aquí por un fin de semana, es poco de hecho me gustaría quedarme más tiempo.

-Por cierto, ¿No dijiste que vendría otra amiga tuya?- voltea y al momento levanta una ceja.

-Si, llegará mañana hoy tuvo que trabajar- ella voltea y cambia la expresión a una más sonriente.

-Oh, de acuerdo, pensé que no vendría- ella se ríe y continuamos caminando, poniéndonos al día.

Después de caminar y nos ponernos al día claramente, me instalo en la pequeña cabaña.

Es pequeña pero queda justo para dos personas, tiene dos camas individuales ambas tienen su mesa de noche, ambas camas están separadas por lo cual en medio hay una mini mesa y justo donde se encuentra esa mesa y esta la ventana, al frente esta un mueble que tiene muchos cajones en el cual podamos guardar la ropa, obviamente tenemos baño dentro y por suerte, porque no me imagino corriendo a media noche fuera de la cabaña, tenemos un televisor de unas 50 pulgadas esta justo delante de ambas camas, pegado en la pared, a un costado del baño se encuentra un pequeño espacio en el cual podemos colgar ropa, y de un costado del televisor está otra ventana.

-Se que a mel le encantara- digo en voz alta, ya que nadie me escucha.

Mis pensamientos me llevan a que algún día podré disfrutarlo con alguien en especial, sería maravilloso poder viajar aquí con una persona en específico; pero todo a su tiempo me digo.

Miro por las ventanas y noto que ya oscureció, después de unos minutos tocan mi puerta y es Miranda.

Simplemente Todo Cambio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora