🌻•Capítulo 4O•🌻

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La cama de Renjun era amplia, lo suficiente para poder dormir ambos, aún así, preferían dormir casi encima del otro.

Con Renjun abrazándolo como koala, Jaemin ya no sentía su brazo por la posición en la que estaba, debajo del otro, rodeando su cintura.

Aún así, no se molestó en quitarlo, no quería despertar a su novio.

Era de madrugada, y Jaemin se había despertado, terminando en un momento de insomnio que quería destruir, pero no podía.

Así se quedó despierto, mirando a Renjun, acariciando sus mejillas, cuello y cabello lentamente, para no despertarlo.

El rato pasó, Jaemin había terminado contando las pequeñas pecas que tenía el delgado, ya iba unas cuantas cuando notó las manos de Renjun moverse apenas un poco en sueños, sonrió con ternura.

Al principio, no podía evitar mirar lo adorable que parecía, aunque no supo en qué punto, lo que pensó que era un sueño resultó ser una pesadilla.

Jaemin frunció el ceño, negando, apretaba sus ojitos, sus labios comenzaron a moverse, y Jaemin escuchó lo que creyó un murmullo provenir de ellos.

El corazón de Jaemin se aceleró, y recordó de meses atrás, cuando supo que Renjun podía hablar pero inconscientemente, había bloqueado su voz.

Se acercó un poco más a él, preocupado.

—Renjunnie... —habló con suavidad, el chico seguía con el ceño fruncido, negando, ahora un poco más fuerte que antes. —Es un sueño, es solo un sueño, despierta...

—N-No...

Jaemin alzó las cejas, su corazón comenzó a latir más fuerte.

Una dulce palabra, con una voz aún más dulce, aguda, a pesar de que había sonado bastante ronca.

Jaemin se acercó aún más, abrazando a Renjun, acomodando el rostro del chico a la altura de su cuello, dejando besos en su coronilla, acariciando su cabello.

—Shhh... estoy aquí, bebé. murmuró. —Todo está bien, despierta... Es sólo un sueño... —murmuraba.

Nana... —escuchó, en una voz más calmada que antes, y sintió su corazón desbocar.

Sonrió, sus ojos se nublaron un poco.

—Sí, bebé, soy yo... Estoy a tu lado.

Renjun negó de nuevo, esta vez, más lentamente, despejando su vista.

Alzó las cejas al ver a Jaemin con lágrimas, alzó su mano para preguntar, pero el castaño sólo negó, besó sus labios, con cariño, algo rápido para el gusto de Renjun, quien lo seguía mirando confundido.

—Nada, bebé, nada. —dijo Jaemin, aún sin poder borrar su sonrisa.

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