🌻•Capítulo 54•🌻

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Renjun continuó avergonzado por lo ocurrido, pero teniendo a Jaemin junto a él las veinticuatro horas, sonriéndole, robándole besos y abrazándolo mientras le decía que no debía tener vergüenza, dejó de pensar en eso poco tiempo después.

Jaemin estaba tomando lecciones de lenguaje de señas con la señora Huang, con menos regularidad de cuando quiso declararse con señas, pero ahora que vivía bajo el mismo techo que su maestra podía tomar lecciones diarias, siempre y cuando ella no tuviera nada que hacer.

Renjun solía acompañarlos, pero, según su madre, distraía mucho a Jaemin cuando éste debería estar aprendiendo, así que lo mandaba a su cuarto, a que hiciera la tarea o algo.

Renjun, lejos de ofenderse o sentirse mal por eso, le hacía caso, aunque Jaemin le lanzaba besos conforme iba subiendo las escaleras hacia su dormitorio, haciéndolo reír.

—Lo primero que haces mal Nana, es que memorizas las señas. —dijo la señora Huag. —No tienes que hacer eso, debes pensar con ellas, así, por cualquier cosa que quieras decir, tendrás una seña automática, igual que cuando quieras entender lo que dice Renjun.

Jaemin siempre le hacía caso a todo lo que la señora Huang le decía, y se estaba esforzando en serio para aprender, aunque todavía no lograba seguir una conversación con Renjun, y el chico seguía escribiendo, ya sea en el cuaderno, o en el celular, para hablar con él, pero podía capturar señas para preguntar, saludar o despedirse, podía presentarse, pedir perdón y dar las gracias, y unas cuantas frases y cosas particulares.

Todo muy básico para lo que hablaba con Renjun.

Solía mostrarle a Jisung lo que había aprendido, y el pelinegro aprendía los gestos más rápido que él, lo que hacía que no tuviera ganas de contarle nada.

—Creí que con dieciocho años no serías tan infantil como para enojarte por eso. —Le dijo Jisung cuando Jaemin se negó a enseñarle señas.

El castaño sólo lo miró con el ceño fruncido.

—¡Vamos, Jaemiiiiiiin! —Jisung lo sacudió hasta que el otro lo golpeó para que se quedara quieto. —Como si te fuera a robar a Renjun hablando en señas o algo, sólo quiero aprender cosas nuevas.

Jaemin sabía que Jisung no lo hacía con esa intención, pero sólo estaba molesto porque el chico aprendía más rápido que él.

—Además, Jeno nos invitó a un campamento con personas de necesidades especiales, si llega a haber alguien que es sordo no podré ser su amigo si no aprendo señas. —Jisung hizo un puchero.

—¿Que Jeno qué? —preguntó Jaemin. —¿Por qué te invitó a ti a ese lugar? Eres especial pero no tanto.

Jisung lo golpeó, aunque Jaemin sólo rio.

—Invitó a Chenle en realidad, pero le dije que también iría. —explicó. —Dile a Renjun que vaya así vienes también.

Jaemin asintió, interesado.

—¿Por qué Jeno sabría de ese campamento?

Jisung se encogió de hombros.

—Creo que es parte de una organización para personas así. —dijo. —Trabaja mucho con la inclusión en las escuelas, tiene un proyecto de eso, por eso Chenle viene aquí. O eso me explicó.

Jaemin asintió.

—Iré a molestar a Jeno para ir. —habló con una sonrisa, caminando hacia la dirección.

No había hecho ni diez metros cuando Jisung volvió a aparecer a su lado.

—¿Alguien dijo molestar?

—¿Alguien dijo molestar?

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