¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El círculo que se había formado alrededor de ambos miembros de la Legión comenzaba a expandirse cada vez más. Era la sexta vez que Todoroki Shōto terminaba enterrando su rostro en el piso debido a su hermano mayor.
Justo unos segundos antes de que se pusiera de pie, logró divisar una cabellera pelirroja llena de rizos. Ella sería su salvación, por todos los cielos, cómo adoraba a esa mujer.
—Capitán Dabi —el Todoroki mayor bufó enojado al escuchar esa voz.
—Líder Imogen, ¿sucede algo? —el pelirrojo aún no soltaba a su familiar.
—Si soltara al cadete Shōto, podría decírselo —Imogen miró al menor que tenía la espalda enterrada en el piso.
Shōto celebró en su interior, amaba el cariño con el que la líder de escuadrón lo trataba. El bicolor se sentía como en casa con ella y al parecer, Tōya lo notó, pues lo sujetó de la cabeza y lo estrelló contra el piso una vez más.
Imogen tomó del brazo al más alto y lo torció en su espalda. Todos los cadetes en entrenamiento, rodearon al capitán y a la líder, jamás se esperaron presenciar aquel duelo.
—¡Pártale el trasero, líder! —Bubaigawara Jin se sumó al caos.
—¡Duelo de pelirrojos! —Toga Himiko siempre prestándose para el desorden.
Imogen rió y volteó para esquivar a tiempo una patada del mayor. Ella se alejó y Tōya volvió a lanzarle una patada.
—Está desesperado, capitán —se burló Imogen tomándolo del brazo otra vez.
—No siempre se lucha con Arai Imogen —respondió burlón el Todoroki.
Luego de unos largos minutos luchando, la pelirroja le pateó las rodillas por detrás y lo hizo caer, pero como digno orgulloso y tramposo, Dabi la jaló con él.
Si decíamos que los chicos estaban emocionados era poco, los miembros de la Legión estaban eufóricos. Hace años que escucharon sobre una cadete que había logrado golpear al capitán Todoroki y darle una buena pelea, ahora sabían que era Imogen de quien hablaban.
Tōya se levantó primero y ayudó a la líder a levantarse, ella se sacudió y luego hizo lo mismo con su superior, el hombre tenía tierra en el cabello.
—Me iré, solo vine a distraerme un rato —le anunció Imogen palmeándole el hombro.
—Así que los pelirrojos están al mismo nivel —Himiko se veía pensativa.
Tōya solo le tapó la boca antes de que la pequeña rubia dijera algo fuera de lugar, aunque ya sería algo típico de ella.
