Capítulo 7

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Mis primeros días en el trabajo fueron un poco agotadores pero hacia lo que me gustaba y por lo menos, no era tan duro. Aunque hecho mucho de menos a mis clientas maravillosas de todas las semanas. Me di cuenta de que trabajar peinando a actrices en una película es como más serio. Supongo que es por el tiempo que nos dan para realizar el trabajo, porque tenemos que estar muy atentos en lo que hacemos. Aunque para mí es igual de importante una persona que salga en la televisión que la que sale por la puerta de mi salón, ambas tienes que verse guapas e increíbles. 

Ahora mismo estaba mirando mi portátil leyendo una noticia bastante interesante sobre el cambio climático. Escuché sonar a mi teléfono así que me levanté hasta el escritorio para atender la llamada. 

-Violeta. Guapísima. 

-Mandy. ¡Qué alegría! ¿Cómo estás? -pregunté sentándome en la cama. 

-Muy bien. ¿Y tú cómo vas? -me preguntó entusiasmada. 

-Pues ahora miso estaba leyendo una noticia sobre el cambio climático. 

-Amiga mía. ¿Estas en Milán y te pones a leer una noticia de eso? ¿En qué momento te has vuelto una abuela? 

-Mañana tengo que madrugar. 

-Tía, que son las ocho. 

-Ya, ahora mismo me ducho, ceno, leo un poco y me voy a la cama. 

-Madre mía. Bueno. ¿Y el trabajo que tal? 

-Bien, aunque echo de menos a mis clientas. 

-Sé que me echas de menos a mí... 

-Obvio. Nunca lo dudes. 

-¿Y has conocido a alguien? -me preguntó. Ya tardaba en preguntarlo, la conozco muy bien. 

-Sí, bueno... Hay varios.

-¿Cómo que varios? -se quedó asombrada. 

-No, es coña. He conocido a un chico que se llama Enzo. Es alto, rubio oscuro, maduro y atento. El otro día me pillé una borrachera y él me acompañó hasta casa. Es empresario. 

-Uy empresario, cuidado que luego solo te tocan personas como Andrés. -me dijo riendo al otro lado del teléfono. 

-No creo, espero que no. -hice una pausa y miré por la ventana-. También he conocido a un chico que es muy mono, pero es un niño. 

-¿Cuántos años tiene?

-Veinte. 

-No es tan pequeño, Leta. A ver, dame información de él. 

-Se llama Carlo, es universitario y tiene los ojos de diferente color. Te lo juro que es increíble. 

-Vaya, quisiera verlo. ¿Tienes foto? 

-Por desgracia no. Si lo encuentro por Instagram te paso alguna foto. 

-Ajá. ¿Y cómo lo conociste? -dijo haciendo la detective. 

-Él estaba rapeando en el metro y me ayudó porque iba perdida. 

-Bueno. Majo el chaval si te ayudó. 

-Que pava eres. -dije entre risas. 

-Aunque para ser sincera no quiero estar ahora mismo con nadie. Si surge, pues vale, pero no voy a forzar nada. 

-Es que de eso se trata, de que todo fluya. -dijo ella con un tono hippie. 

-¿Y tú con Iván cómo vas? -pregunté.

De cero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora