A la mañana siguiente me levanté medio mareada. Me fui al cuarto de baño y me pegué una ducha para ver si me encontraba mejor. Salí de la ducha, me cambié y me puse ropa de deporte. Fui hasta la cocina a prepararme un largo café con tostadas mientras veía la televisión. Empezaron a decir que anoche hubo una pelea en la discoteca donde estábamos y yo me quedé con los ojos abiertos. Dios mío no me acuerdo de nada de lo que pasó anoche. Miré mi Instagram pero no publiqué nada. Me levante hasta el comedor y vi una nota en la mesa. Creo que sí que sé quien me puso la nota aquí. Fui hasta la habitación de Amy pero ella no estaba ahí. Justamente escuché como la puerta principal se abría y salí al pasillo.
-¡Quién anda ahí! -grité.
-Shhh. No grites. -dijo Amy cerrando la puerta y poniendo mala cara.
-Vaya pelos.
-Lo sé, lo sé. Ayer me puse muy mal y la resaca no es lo mío. -dijo Amy entrando a su habitación.
-Choca la mano, nos ha pasado igual. -dije sonriendo.
-Me voy a dormir, luego me llamas.
Asentí con la cabeza y me fui a mi habitación para organizar el armario y lo demás. Soy muy cabezona, así que me gusta separarme el armario a mi rollo. Los vaqueros por un lado, los jerséis por otro, las faldas colgadas. Aunque también os digo, que ropa que he usado una vez y no está para lavar, se queda en una silla bien bonita hasta que haga una lavadora. Es lo que pasa cuando eres medio organizada, que todo lo dejas para al final pero lo terminas haciendo. Me puse con mi ordenador portátil y empecé a mirar sitios para comer en Milán, aunque el italiano del otro día estaba riquísimo, está bien probar otras cosas. Vi varios sitios con muy buenas reseñas y me los guardé. Tenía que ir hacer unas cuantas compras para la casa, así que no perdí más tiempo y fui a comprar al supermercado. Por la gran avenida podía visualizar un gran control de trafico. Menos mal que no he cogido el coche, además de que no tengo. Me puse los cascos mientras sonaba la mítica canción de "Story of my life" de One Direction, sí, no lo he superado y jamás lo superaré porque es parte de mi vida este grupo. Y sí, también llevo esperando a que regresen, es muy triste.
Caminado por la calle me iba sintiendo libre. Estaba yo sola en Milán. Es que todavía no me lo creo. Quisiera para el tiempo y quedarme aquí, la verdad es que esto me gusta mucho aunque lleve menos de dos días. Entré al supermercado llamado "Esselunga" y cogí un carrito. Fui directamente a las verduras y hortalizas porque de normal soy de cenar ensaladas y para comer pues algo rapidillo. En la profesión de la peluquería no hay mucho tiempo para comer, que se diga. Fui también a coger dos aguacates y unas zanahorias. Comer zanahorias a destiempo es lo mejor que me ha podido pasar. Volví a casa con la compra cargada de dos bolsas.
-¿Dónde estabas? -me preguntó Amy.
-He ido a comprar, entiendo que te dediques a comer comida basura pero yo no.
-Oye, tranquila fiera.
-Lo siento, es que... -solté las bolsas-. Estoy agotada.
-Tranquila. ¿Qué has comprado?
-Comida.
-¿No jodas? Estas muy chistosa, Violeta.
-Jeje sí. -dije riéndome-. ¿Quieres algo de comer? -le pregunté y ella asintió con la cabeza yéndose al sofá.
Me puse hacer una buena paellita de Valencia para que la probara, agradezco a mi madre por obligarme a enseñarme a cocinar la paella, me hace mucha falta ahora mismo. Puse mi playlist de mi Spotify y comenzó a sonar la diosa de Selena Gómez. Amy también se puso a cantar conmigo la canción de "Hit the Lights" y, mientras yo cocinaba, ella se dedicaba a barrer el comedor.
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De cero.
RomancePAUSADA Violeta García es una chica de 22 años, con rasgos similares a las demás chicas, pero hay algo en ella que llama la atención. Es una peluquera honrada de ciudad. Trabaja para Frank & Pier y entre todos sus trabajadores, Violeta destaca haga...