No fue tu culpa Eli...

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Al terminar de hablar un poco de todo y de reírnos hasta casi orinarnos encima, los chicos se comienzan a ir y solo quedamos Emma, Aiden, Daniel y yo.

–Chicos iremos a un lugar más privado para dejarlos que hablen –dice Emma y yo solo le sonrío.

–¿Ellos...? –pregunta Daniel cuando ya se han ido.

–Posiblemente –le digo sonriente.

–¿Y no les molesta? –pregunta un poco sorprendido.

–Al contrario, creemos que los dos son lo mejor para el otro. 

–Pensaba que esta amistad era de esas típicas amistades donde si hay un romance se acaba la amistad.

–Para nada, aquí lo que más nos importa es la felicidad del otro y si ellos están bien, todos estamos bien, aparte ellos en todo momento nos han dicho la verdad y eso es algo que valoramos mucho entre nosotros.

–¿La verdad?

–La confianza, la comunicación y la lealtad –él mira hacia el piso –¿A mi sí me puedes decir por qué te tardaste? –le miro.

–Cuando iba saliendo de mi casa –suelta después de unos segundos –Mónica estaba en la entrada.

–¿Mónica? –le interrumpo.

–Sí.

–¿Ya le habías dicho en donde vivías?

–No y eso es lo que más me sorprende, no sé como supo en donde vivo, que yo sepa ninguno de la U sabe en donde vivo.

–¿Y qué quería?

–Dijo que quería arreglar las cosas entre nosotros porque nos veía muy distantes, dijo que ella lamentaba mucho haber hablado así de ti, que no pensaba que me iba a molestar tanto, pero yo le dije que era obvio que me iba a molestar porque te estaba conociendo y no eras así como ella decía y entonces me preguntó qué si me gustabas o algo por el estilo.

–¿Y qué le dijiste? –pregunto muy curiosa.

–Pues la verdad.

–¿Y cuál es esa verdad?

–Que sí –me mira y yo sonrío.

–¿Te gusto?

–Sabes que sí Eli, nunca te lo he ocultado.

–No sé que decirte, yo...

–No tienes que decir nada –me agarra las manos y yo le doy una mirada agradeciéndole. Nos miramos durante diez segundos, pero se sintió como diez minutos.

–Ten más cuidado con ella ¿sí? –le digo –no sabemos de lo que sea capaz –él asiente con su cabeza.

–Oye, con todo esto de ella y de la salida no he tenido tiempo de preguntarte cómo has estado.

–He estado muy bien –le sonrío –ha habido días buenos y malos, ya sabes, tal y como es la vida.

–¿Días malos como el día de la fiesta en la casa de Liam? –me pregunta en tono bajo, de una el recuerdo de Sara viene a mi mente y quito la mirada –Eli ¿por qué llorabas ese día?

–¿Por qué no solo lo olvidas? –le respondo a la defensiva.

–Porque ese día te dije cosas de las cuales hoy me arrepiento y por más que intente sacar eso de mi mente, no puedo –le miro –no puedo simplemente estar bien sabiendo que ese día estabas mal y lo único que hice fue atacarte –vuelvo a quitar mi mirada y me quedo en silencio.

Mientras la miro (Entre miradas I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora