Llénalo como me llenas

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Al llegar a la U, veo que Eli ya había llegado y apenas me ve se dirige hacia mí.

–Hola Dani –y ahí estaba su hermosa sonrisa.

–Hola –la abrazo –¿Me estabas esperando o algo?

–Sí –sonríe –y lo seguiré haciendo, claro, solo sí quieres.

–Claro que quiero.

–¿Y cómo te fue ayer? ¿Sí pudiste terminar el proyecto? –me pregunta mientras nos dirigimos al edificio.

–Sí, pero tardamos más de lo que esperaba –no me acuerdo de haberle contado que iría a la casa de Adam, pero tal vez él le dijo –aunque quedé sorprendido, no sabía que su padre era el Sr. Smith ni que él era parte de su grupo.

–Sí –se ríe.

–Es increíble que nunca me haya contado nada de eso.

–Él es así.

–¿Reservado?

–No, simplemente no cuenta lo que no le preguntan ni pregunta lo que no le interesa.

–Claro... –digo pensativo –Yo nunca le pregunté nada sobre él, siempre era él a mí y cuando le preguntaba o le contaba algo, era sobre ti –ella sonríe.

–Bueno, ya sabes en qué debes mejorar –la miro –en su amistad –yo asiento con la cabeza.

–¿Me acompañas a mi casillero?

–Claro.

Al llegar guardo una libreta y ella ve el interior de mi casillero.

–Tu casillero se ve tan...

–¿Vacío?

–Simple –la miro.

–¿Crees?

–No, lo puedo sentir –ambos nos reímos –me gustaría arreglar tu casillero.

–¿Arreglar? –miro mi casillero.

–Sí.

–¿Y por qué no mejor le haces lo que estás haciendo con mi vida?

–¿Y qué estoy haciendo? –me sonríe.

–La estás complementando, me llenas de buenas vibras.

–Entonces... –se ve pensativa –Quieres que llene tu casillero mas no lo arregle.

–Ajá.

–¿Y cuál es la diferencia?

–Tú arreglas algo cuando ves que está roto y llenas algo cuando ves que está vacío, quiero que hagas eso, llena mi casillero.

–¿Y cómo quieres que lo haga?

–No lo sé, tú eres la experta –lo cierro.

–Lo haré, pero tendrás que darme la contraseña.

–342 –me mira sorprendida –¿Qué? No tengo nada que esconder, además, no quiero que eso sea una excusa.

–Hagamos algo: Yo lleno tu casillero con mi esencia y tú llenas mi vida con la tuya –no esperaba eso.

–Me parece bien –le sonrío –pero con una condición.

–¿Cuál?

–Iré despacio contigo ¿Okey? Para poder disfrutar del viaje.

–Eso suena bien –me agarra las manos.

–Espera, tú acabas de hacer el primer movimiento –ella sonríe –eso se supone que lo debía hacer yo.

Mientras la miro (Entre miradas I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora