-Capítulo 5-

17 3 0
                                    

Ya han pasado algunos días, Mateo ya está mucho mejor y el doctor ha dicho que ya puede volver a ir al colegio, esta mañana nos hemos despertado un poco más temprano para llegar a tiempo a la clase.

- Mateo apúrate osino llegaremos tarde.

- No te apures Afra, llegaremos a tiempo no te preocupes.

- ¿Ya tienes todas tus cosas listas para irnos?

- Ya estoy listo, ¡vamos al colegio!

Mientras caminábamos, hablábamos y observábamos el paisaje, es algo que a ambos nos gusta, parábamos de vez en cuando porque Mateo se cansaba un poco, llegamos al colegio y Afra nos estaba esperando en la puerta con una gran sonrisa.

- ¡Bienvenidos chicos! Los extrañe muchísimo. -corrió a abrazarnos.

- También te extrañamos Agnes, ¿Cómo están las cosas con tu mamá?

- Pues esta todo super bien, papá está en la cárcel y nos hemos mudado para que no sepa dónde estamos.

- Es bueno saber que ya estás bien Agnes.

- ¿Y tú que tal estas Mateo? Pido perdón por lo que te ha pasado por culpa de mi papá y por no haber ido a visitarte, solo quiero darte las gracias por haberme salvado.

- No tienes que pedir disculpas o agradecer, los amigos están para ayudarse siempre.

- Yo también ayude por si se han olvidado de mí.

- No me he olvidado de ti Afra, también quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mí.

- No es nada Agnes, pero ahora tenemos que ir a clase porque no quiero que la maestra nos castigue.

- Tienes razón, vámonos ahora.

Llegamos al salón y me di cuenta que los gemelos no estaban, eso fue extraño y me dio curiosidad, pero no le preste mucha atención. El día fue largo y lleno de tareas, al sonar la última campana todos estaban saliendo del salón, pero yo me quede un momento para anotar algunas cosas antes de que me olvide.

- Afra te estaré esperando afuera.

- Esta bien Mateo, no voy a tardar.

Estaba anotando rápidamente algunas cosas cuando escuche un susurro.

- Afra, mira hacia la derecha.

- ¿Quién es? ¿Por qué debo mirar hacia la derecha?

- Tu solo mira hacia la derecha. -Como siempre, la curiosidad me gano y mire hacia la derecha.

- ¿Sergio? ¿Qué haces ahí?

- Pues estoy en la ventana llamándote.

- Ya lo estoy viendo, pero ¿Por qué no has participado en la clase hoy? ¿Y qué paso de tu hermano?

- Hablando de eso, no hemos participado en la clase hoy por motivos familiares, Valentín aprovecho y se fue a algún lugar para desestresarse un poco.

- Pero que fue lo que paso, sabes que puedes contar conmigo.

- Lo se Afra, pero aún es muy pronto para contarte todo lo que está pasando, no te preocupes que te contare todo otro día.

- Esta bien, ya que no tienes nada que hacer el resto del día, ¿quieres ir conmigo a tomar helado?

- ¡Claro! De esa manera también podre distraerme un poco.

Al salir del salón le dije a Mateo que iría a tomar helado con Sergio así que podía ir a casa sin problema, Mateo fue a casa mientras que Sergio y yo nos fuimos a la heladería más cercana.

- Se nota que te gusta el helado Sergio.

- Claro que me gusta, pero ¿Por qué lo dices?

- Pues porque tiene helado en casi toda la cara. -Sergio se limpió la cara rápidamente, pero se olvidó de limpiar una parte de su mejilla. - Espera te voy a ayudar.

- Oye Afra, ya te han dicho que eres hermosa. -dijo mientras yo estaba limpiándole la mejilla.

- Mis padres y Mateo ya me lo han dicho.

- Pero me refiero a un chico que no sea tu amigo, que aún no lo hayas conocido bien, alguien como yo.

- Pues eres el primero en decirme eso. -mientras yo le respondía, Sergio se fue acercando más, cuando estaba muy cerca mío y ya estaba completamente nerviosa, mi teléfono comenzó a sonar.

- Disculpa Sergio debo atender la llamada, -conteste el teléfono. - ¿Hola?

- Afra nuestros padres están por llegar en casa, apúrate y vuelve a casa lo más rápido posible.

- ¡Como! Pero dijeron que volverían dentro de unos días más.

- Pues por lo visto les dieron ganas de volver a último minuto, así que ¡Apúrate y vuelve a casa!

- Esta bien, llegare en casa en diez minutos.

- ¿Paso algo Afra? Te noto un poco nerviosa.

- Sergio me tengo que ir a casa, mis padres están volviendo a último minuto y si no me ven en casa estaré en problemas.

- ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

- No hace falta pero igual gracias, nos vemos mañana en el colegio. -le di un beso en la mejilla y salí de la heladería.

A penas me despedí de Sergio me puse a correr para poder llegar en casa lo más rápido posible, corrí y corrí lo más rápido que pude y logré llegar en casa antes que mis padres. Solo tuve tiempo de entrar a la casa y tirar mi mochila lo más lejos posible, en ese instante mis padres tocaron la puerta.

- ¡Bienvenidos! Que tal les fue en el trabajo en estos días.

- Pues nos fue muy bien, nos vamos a asociar con una empresa super nueva y que es la numero uno de todas las empresas del mundo.

- ¡Que bueno! De seguro están muy cansados del viaje.

- Así es querida Afra -dijo la mamá de Mateo mientras la ayudaba con las valijas del viaje. - ¿Y cómo está él bebe de mamá? - abrazo fuertemente a Mateo.

- Estoy bien mamá, no te preocupes.

- Gracias por cuidar de mi bebe querida Afra, espero que tú y Mateo siempre estén juntos.

- No es nada, y no se preocupe por eso porque Mateo y yo estaremos juntos por siempre.

Ayude a mis padres y a los padres de Mateo a guardar las valijas del viaje, se notaban muy cansados entonces prepare algo rápido para la cena mientras que Mateo arreglaba la mesa. Todos cenamos juntos y nos reímos un poco con las historias locas que siempre cuenta el papá de Mateo, nuestras familias son muy unidas, la confianza y el amor no faltan nunca, desde que tengo memoria Mateo y yo somos mejores amigos; hemos pasado por muchas cosas juntos, tanto buenas como malas. Es por eso que Mateo es una persona muy importante para mí, siempre nos ayudamos mutuamente, nos conocemos tan bien que sabemos que hacer o decir en situaciones un poco malas, mientras recordaba de los buenos momentos que pasamos, todos terminamos de cenar, Mateo y sus padres se despidieron para ir a su casa para poder descansar; admito que comencé a extrañar mucho a Mateo ya que se había quedado conmigo muchos días y al estar con él me siento feliz siempre.

Cuando Mateo llego en su casa me mandó un mensaje diciendo lo mismo, que me ya extraña, ambos siempre nos decimos que estamos conectados, muchas veces decimos las mismas cosas al mismo tiempo, con una mirada podemos comunicarnos todo, aunque a veces da un poco de miedo, estuve chateando un buen rato con Mateo hasta que ambos ya no podíamos más del sueño; nos dimos las buenas noches y dejamos el celular. Apague mi lampara, observe un rato el techo de mi habitación, recordé algunas cosas del pasado, me pregunte a mí misma varias cosas las cuales no me gusta decir, estuve así hasta la una de la madrugada, hasta que luego de pensar mucho, quede profundamente dormida.

AfraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora