-Capítulo 1-

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Como todas las mañanas, me levanté de la cama y me fui a duchar, me cepille los dientes, me vestí y fui al colegio. Al llegar al colegio me encuentro con mi mejor amigo Mateo, él siempre me hace reír, no tengo idea de cómo puede conocerme tanto hasta el punto de saber cuándo estoy triste, no me gusta que las personas se preocupen por mí, pero Mateo me regaña cada vez que lo digo; puede que no lo demuestre, pero en verdad le quiero mucho, es el único amigo que tengo. Mateo es un buen chico, inteligente, aunque un tanto bobo, aun así, es mi amigo.

- ¡Hola Afra! ¿Cómo has dormido? Tengo algo importante que contarte.

- Hola Mateo, he dormido muy bien gracias. ¿Qué es lo que tienes para contarme? -pregunté un tanto curiosa.

- Bueno pues, va a sonar como las típicas historias que aparecen en las películas, pero de igual manera te lo voy a contar -dejó de hablar un momento para ver si yo le estaba prestando atención.

- ¡Pero habla pues que no tengo todo el día! -Le dije impaciente, Mateo sabe que mi paciencia es nula y le gusta molestarme.

- Está bien lo siento -dijo riéndose a carcajadas- solo quería ver si me prestabas atención, pero ya que tengo toda tu atención te contare la noticia. Lo que pasa es que tendremos un compañero nuevo y por lo que oí en los pasillos el compañero nuevo es el típico chico malo ¿Te imaginas eso? -me dijo mientras ambos imaginábamos dicha situación- El chico malo llega, vuelve loca a todas las chicas del instituto, pero menos a una- hizo un silencio dramático.

- ¿Y quién sería esa chica? -pregunté.

- Pues quien más, ¡tú tonta!

- ¡Yo! ¿Y por qué yo? -no sabía que decirle a Mateo.

- Nunca le prestas atención a los chicos, y a un chico malo eso lo volvería loco -me sonrió y guiño el ojo para hacerme reír.

- Creo que has visto mucha televisión por hoy -le dije mientras le daba algunas palmadas en el hombro y me reía.

De camino a nuestro salón nos encontramos con Agnes, es la chica callada del curso, hace dos años se hizo mi amiga cuando nos tocó hacer un proyecto juntas, desde entonces se volvió mi gran amiga.

- ¡Hola Agnes! ¿Vamos al salón juntas?

- Hola Afra, claro, vamos. -noté que su voz estaba un tanto extraña.

- ¿Pasa algo Agnes? Te noto un tanto desanimada, ósea, más de lo normal.

- No te preocupes estoy bien -sonrió para demostrar que estaba bien y tranquilizarme.

Seguimos nuestro camino al salón, ahora ya acompañada de mis amigos. Al llegar y abrir la puerta todos mis compañeros nos miraron inmediatamente, como si fuera que estaban esperando a alguien, pero al darse cuenta que solo éramos mis amigos y yo desviaron la mirada y escuche:

- Solo es ella ¿Cuándo llegará el compañero nuevo? ¿Será que es lindo? ¡Ay! Ya estoy ansiosa -dijo Gema, mi compañera, es esa típica chica engreída y adinerada que aparece en las películas.

No hicimos caso al comentario de Gema y nos sentamos en nuestros pupitres a la espera de la maestra, esperamos unos diez minutos y al fin llego.

- ¡Buenos días chicos! Tomen asiento que les tengo una gran noticia. -la escuchamos, nos sentamos y escuchamos atentamente.

- Seguramente están enterados de que tendrán un compañero nuevo, pero no se imaginaban que fueran dos ¿No es así? -no entendimos y la miramos confundidos -Ya lo verán ¡Pueden pasar!

AfraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora