-Capítulo 10-

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Cuando desperté tenía un increíble dolor de cabeza, la noche anterior Mateo, Agnes y yo nos divertimos mucho, subimos a todos los juegos posibles y ganamos muchos premios, la mayoría se los dimos a Agnes para que los tenga como recuerdo, también fuimos en las máquinas de fotos y nos quitamos muchas fotografías. Cada uno de nosotros guardamos una foto, Agnes dijo que la pondría en un cuadro, cuando desperté fui al baño para luego bajar a la cocina y desayunar, cuando escucho mi teléfono.

- ¡Hola Mateo! Creí que aún seguías durmiendo, creo que el príncipe azul ya ha llegado para besar a la bella durmiente y romper su hechizo.

- Muy graciosa-dijo irónicamente. - no logré dormir bien en la noche, tuve pesadillas horribles y despertaba empapado en sudor a mitad de la noche.

- ¿Enserio, te encuentras bien? Eso es extraño, normalmente tienes pesadillas cuando pasará algo malo.

- ¡Es por eso que estoy preocupado! Todas las veces que he tenido pesadillas han ocurrido cosas malas y sabes bien sobre eso.

- Pero ¿con quién has soñado? Siempre que tienes pesadillas sueñas con alguien en específico.

- No quiero decírtelo por teléfono, en verdad estoy muy asustado y mi corazón late muy rápido, estaré en tu casa dentro de unos quince minutos.

- Esta bien, ve a ducharte en agua fría para así relajarte un poco, te estaré esperando.

Cuando Mateo colgó el teléfono fui a desayunar lo más rápido posible y luego fui a darme una buena ducha, cuando me vestí escuche que alguien tocaba la puerta y fui rápidamente a abrirla.

- Perdóname por venir a molestarte, pero enserio estoy asustado por lo que soñé, no logré dormir en casi toda la noche porque cada vez que cerraba los ojos, todas esas imágenes volvían a mi cabeza.

- Respira profundo y trata de relajarte, vamos a sentarnos en el sofá y me contarás todo tranquilamente. -nos fuimos a sentar en el sofá y Mateo se tranquilizó un poco.

- Ni siquiera sé por dónde empezar, pero solo quiero que me prometas algo, no quiero que pienses demasiado en lo que te diré y esto quedará solo entre nosotros, no se lo cuentes a Agnes.

- No te preocupes por eso Mateo, sabes que cumplo mis promesas, ahora cuéntame lo que soñaste.

- En mi sueño estabas tú, también estaban tus padres, yo también estaba allí, pero era como si yo estuviera en esos momentos. Tus padres estaban muy nerviosos y comenzaron a pelear, yo estaba a tu lado tratando de que no te metas en la pelea de tus padres.

- Tranquilo Mateo, respira profundo y sigue cuando te sientas bien.

- No se la razón por la que peleaban, pero en un momento dado tuvimos que salir de la casa porque ya no podías ver a tus padres pelear, todo se vuelve borroso y luego veo que estamos en el antiguo escondite y estás en el suelo sangrando, empezabas a perder fuerza mientras yo gritaba y pedía auxilio. -apretó fuertemente los puños y comenzó a llorar descontroladamente. -Tú solo me mirabas, pusiste tu mano en mi rostro y dijiste que no estabas rompiendo la promesa, solo estarías cuidándome de otro lado.

- No digas eso Mateo, jamás en mi vida te abandonaría, eres mi mejor amigo y no soy nada sin ti, hemos prometido nunca abandonarnos sin importar las cosas que pasen, tal vez sea la primera vez que tus sueños se equivoquen.

- ¡No es cierto y lo sabes, todas las cosas que he soñado han ocurrido y sabes bien de eso! No quiero perderte, no puedo perderte. -Mateo me abrazó fuerte y lloró desconsoladamente.

- Si ocurre o no ocurre lo que soñaste, no me importa, porque lo que dijo la Afra de tu sueño no es mentira, siempre te cuidaré y protegeré sin importar donde esté.

AfraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora