Era un lindo chico, amable, torpe, un idiota que caminaba a saltos con una sonrisa siempre en su rostro. nunca creí volverme a topar con el por la diferencia de edad y grado, pero ahora que lo tengo de frente, me dan ganas de apartarlo. Quiero que no este cerca de mi, que su caminar alegre este a muchos metros de donde yo estoy, quiero que cuando lo mire, el aparte su mirada, quiero que se sienta intimidado y que le cueste estar cerca de conmigo. Pero es sólo un pensamiento deseado, Pues el chico realmente parece querer mi presencia como compañía. - Te odio - le dije con despecho mientras sentía como se sentaba a un lado de conmigo en la misma banca. -Yo tambien te quiero Julius -me contestó Darwin con entusiasmó, abrazando mi brazo con cariño.