-No se porque te empeñas en seguir estudiando -dijo mi padre con seriedad -Te acabarás dedicando al negocio familiar -su mirada atravesó la mía como un afilado cuchillo -Es algo inevitable, está en tu sangre -No estés tan seguro -reí al ver la seguridad con la que hablaba -La oveja negra de la familia siempre me ha gustado mas -me coloqué frente a él. Tuve que elevar mi cabeza para mirarlo a los ojos, pues me ganaba en altura -Aunque esta familia esta llena de ovejas negras, por lo que, quizás yo... -me acerqué a su oído y dije en un susurro audible -Sea la oveja blanca de la familia