Las miraditas no pasaron desapercibidas... aunque claro ese no era su asunto, eran cosas de rehenes. Tokio y Nairobi dirigían esa parte, cuando doblegabas a los rehenes ya no tienes mucho que hacer más que aguantar el mayor tiempo posible dentro de la ratonera para salir a vivir como la gente sueña con hacerlo, sin más preocupación que la de disfrutar. Pero por muy cabeza fría que se tuviera, cuando convives con las personas por tanto tiempo; les tomas cariño. Quieras o no. Y eso, no tiene cabida en un plan. Aunque fuera de la mente maestra del profesor.