Los diamantes, piedras hermosas y sumamente valiosas. Un ejemplo de claro de cual sabia es la naturaleza cuando vemos el proceso por el que pasa hasta convertirse en una hermosa piedra, la misma que brinda elegancia y prestigio a quienes las portan. En el caso de la familia Sinclair, los diamantes han sido la principal fuente de ingresos durante generaciones posicionándolos en lo más alto de la sociedad al ser los propietarios del ochenta porciento de las minas de diamantes más importantes del mundo. Los Sinclair, durante décadas se han caracterizado por tener un legado de hijos únicos, hijos que solo han sido hombres hasta que Amaris Sinclair rompió este legado teniendo cuatro hijos, Owen, Oliver, Lukyan e Irisa, la mujer Sinclair de nacimiento. Los hermanos Sinclair son impresionantes físicamente, cada uno con una belleza única que pocas veces pasa desapercibido, aún más cuando se encuentran juntos. Esta belleza solo se ve opacada por la inteligencia y astucia que cada uno posee. Amor, deseo, lujuria, celos, rivalidades entre muchos otros sentimientos experimentaran los hermanos cuando sus almas gemelas o el amor de sus vidas lleguen hasta ellas poniendo sus mundos de cabeza.