Le había entregado su vida, porque lo amaba, eso estaba claro y todo mundo lo sabía, pero nada en esta vida es fácil. Sergio lo comprendió cuando su abogado le entregó los papeles de divorcio, su mundo se había colapsado, pero no podía rendirse, él nunca lo hacía. Después de que Max le pidiera el divorcio se alejo de todo lo relacionado con la fórmula uno, por su bien y el de la personita dentro de él. Pero el destino es el destino y aunque estaba decidido a correr, su antiguo mundo parecía no querer dejarlo ir.