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-Su puta madre... -cuando logró sacar su cabeza del inodoro suspiró, claramente su pequeño piojito tenía más sangre Verstappen pues no dejaba de hacerle la vida imposible.

No sabía cuántos días tenía sin poder consumir algo más sustancioso que tés y galletas, a ese paso sería un palo de escoba.

-Vamos bebé, papá debe poder comer algo.

El timbre comenzó a sonar y tuvo que hacer un esfuerzo para poder despegarse del baño.

- ¡Buenos días solecito! -fulminó con la mirada al rubio, pues para él no tenía nada de buenos- Parece que alguien no está de humor ¿Estás bien? Te ves más delgado.

Sergio dejó entrar a Vettel y se dirigió a la cocina, necesitaba algo de agua para rehidratarse.

-El piojito no me ha dejado comer absolutamente nada, todo termina en el inodoro.

-Es por eso que traje esto -Sebastian levantó los brazos mostrando una bolsa- Ya que piojito es solo la mitad de ti, pensé que a lo mejor esto podría ayudar.

Le pasó el contenedor que aún estaba caliente, en cuanto lo abrió el delicioso aroma lo golpeó haciendo su estómago rugir.

-Sopa de tomate -buscó una cuchara, pues olía tan bien que sentía su boca llenarse de saliva, gimió con la primera cucharada y espero, pero nada pasó, simplemente la sensación de por fin tener algo en el estómago- Esto es tan injusto, ese maldito donador de esperma me hace la vida imposible sin saberlo, pero me conformo con esto, podría haber sido ese asqueroso haring.

Sebastian se empezó a reír de la expresión del más joven, estaba feliz de por lo menos encontrar algo que pudiera comer.

-Bueno, apresúrate Chequito que la cita es en una hora.

Estaba saliendo del 1er trimestre por lo que esperaba que los vómitos lo dejaran en paz de una vez, según el médico todo se encontraba en perfecto estado con el piojito.

Cuando había firmado su divorcio se encontraba en el segundo mes, había sido gracias a los papeles que Max le había entregado que lo había descubierto, había estado demasiado estresado, su relación cada día iba peor lo que afectaba su rendimiento, la prensa lo atacaba, los fans lo atacaban, incluso Helmut lo atacaba y ni hablar de su maravilloso ex suegro.

La gota que derramó el vaso había sido Brasil, Interlagos era un lugar donde no quería volver a poner un pie.

Donde Max le había demostrado que su relación estaba más allá de cualquier arreglo, donde había roto su corazón en mil pedazos y no tenía nada que ver con la f1, con que no obtuviera su segundo lugar en el campeonato.

No, lo que lo mató fue saber que él se sacrificaría con tal de ver a Max realizarse, la felicidad de su amado estaba antes que la suya.

No vuelvan a preguntarme lo mismo, ¿ok? Di mis razones y las mantengo.

En ese momento supo que la prioridad de Max Emilian Verstappen siempre sería él mismo. ¿Le dolió? Por supuesto, pero lo que de verdad lo había destruido fue que ni siquiera había esperado a que las cosas entre ellos se enfriaran y hablaran, no, cuando había regresado destruido a su motorhome un grueso sobre lo esperaba.

Solicitud de divorcio.

Fue cómo una bola de nieve, todo destrozándose a su alrededor. Los Fandoms volviéndose locos, incluso sus familias habían sido afectadas, él no se sentía orgulloso de lo que había dicho frente a la prensa, pero había sido imposible no expresarse de esa manera.

No regresó a casa, no regresó con Max a Mónaco, no se sentía capaz de verlo, y lo que más le asustó fue darse cuenta de que sí él le pedía perdón, se lo daría, lo perdonaría al instante incluso le rogaría para que considerará el separarse.

REGRET (Chestappen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora