REGRET (Chestappen)

13.

— ¡SUSSIE HAZ ALGO!

—Uhmm no, no creo.

— ¡Traicionera!

— ¡Aquí el único traicionero eres tu maldito! ¡Quiero el divorcio!

—Mi amorcito no, entiende que Checo me pidió no decir nada, él quería hablar personalmente contigo.

— ¿Tú y tu escuincle lo sabían?

Gery soltó una risita, siempre era muy entretenido ver a ese par pelear, pues siempre Toto era sometido por el más bajo.

—No, Lewis no sabe nada de Patito –Un jadeo indignado resonó en la habitación mientras Christian se tomaba del pecho.

—Patito ¡YA HASTA POR SU APODO LO LLAMAS! ¡Basta! ¡Ya no puedo con tanta traición! Hoy no dormirá en mi cama, señor Torger Christian Wolff.

—Pero mi amorcito...

— ¡Nada! ¿Quién demonios es el abuelo Tol? ¡Gery! ¡Investiguemos!

— ¡Sí! Ese niño debe ser precioso, imaginate un pequeño Sergio, adorable.

•°•°•°•°•°•

La puerta de su habitación sonaba insistentemente, lo único que quería era dormir, pero la persona al otro lado estaba decidida a impedirlo.

— ¡Qué carajos! —fue lanzado a un lado, casi estrellándose con la puerta— ¿Qué demonios sucede contigo Daniel?

—Él está aquí —su amigo se frotó el rostro no sabía sí con enojo, frustración o desesperación— ¿Entiendes Lando? ¿Él está aquí?

— ¿De quién demonios hablas? ¿Quieres calmarte?

El más alto se dejó caer en la cama.

—Sergio regresó.

— ¿Sergio? ¿Qué Sergio? —el británico se ganó una mirada furiosa por parte del mayor.

— ¡Sergio Pérez! ¡Grandísimo imbécil! Justo ahora que he logrado regresar a Redbull...

—No saques tus frustraciones conmigo Dani —su ceño se fruncio, no le gustaba que lo tratarán cómo a un imbécil y decir la verdad siempre había sido su talento natural— ¿Además que diferencia podría hacer Checo? Max te odia desde que siendo un imbécil lo besaste.

—No me odia, lo arreglamos, todos saben que soy lo que Max necesita, Jos, Sophie, Helmut, todos.

—Todos menos Max ¿Cuando lo vas a entender? Lo tuyo ya no es sano, estás obsesionado...

—Se supone que eres mi amigo ¿Norris? ¿O que? ¿Acaso quieres que Max regrese con ese inutil?

—No, pero...

—Ah ya entiendo... —el australiano se veía furioso— ¿Acaso también lo quieres para ti?

Daniel se había acercado tanto a él que se sintió un poco amenazando, tuvo que empujarlo.

—Serás imbécil ¿Estás oyendo toda la mierda qué acabas de decir? Tu bien sabes que jamás he visto a Max de ninguna manera más que cómo amigo.

El semblante de Daniel cambió, el británico comenzó a preocuparse por sí su amigo estaba sufriendo algún trastorno.

—Sí no es Max... entonces es ¿Carlos? nunca he entendido su extraña relación.

—No metas a Carlos en esto, eso solo nos incumbe a él y a mí, sí esto era todo lo que querías, largate, necesito dormir.

Aunque Daniel se fue, el teléfono de Lando fue llenado de imágenes, publicaciones y videos sobre el mexicano.