5.

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—Luces precioso Checo —Lewis soltó sin poder contenerse, después de que todos lo rodearan en mitad del paddock, habían decidido ir a comer antes de que las 2das prácticas comenzaran.

— ¡Contrólate Hamilton! —soltó Fernando al ver el ligero sonrojo de su amigo.

—Pero es la verdad, no puedes negarlo.

Todos asistieron, Hamilton, Carlos, Alonso, Charles, Lance, Yuki y Pierre estaban sentados junto al mexicano.

— ¡Chequitooooo! —George llegó y corrió a abrazar al castaño— ya sabía yo que había una maravillosa razón para que Daniel luciera patético y Maxitoo pareciera que hubiera chupado un limón.

Todos en la mesa comenzaron a reír.

— ¿Vas a regresar, cierto? —preguntó Yuki recargado en el pecho de su novio.

El rostro sonriente de Sergio se apagó. Era muy bueno fingiendo, tanto que se engañaba a sí mismo, estar con sus amigos le había dado un momento de paz, pero solo eso.

—Sinceramente no lo sé, pequeño.

Después de eso entre todos desviaron el tema y unos minutos después lograron aligerar el ambiente para su amigo, todos tuvieron que correr a sus respectivos garajes pues las prácticas dos estaban a punto de empezar.

•°•°•°•°•


Sergio miraba con nostalgia el paddock, había quedado de encontrarse con Seb y Mark en el garaje de McLaren, pero aun no estaba listo para dejar aquello si era sincero,  lo extrañaba demasiado.

Sí las cosas hubieran sido diferentes ¿Estaría corriendo? La verdad es que se hubiera vuelto loco de preocupación, quería imaginar que Max sacaría esa vena posesiva y se lo hubiera prohibido, porque la vida del piojito sería lo más importante. Seguramente hubiera sido la mejor y mas famosa WAG de todo el paddock. Aquello lo hizo sonreír.

— ¿Qué crees que haces aquí?

—Buenas tardes para usted también suegrito… perdón ex suegrito.

Jos frunció el ceño, pensó que al fin se había deshecho de ese hombre, pero aquí estaba frente a él, con esos estúpidos lentes oscuros que tanto odiaba.

—Déjate de estupideces Pérez ¿Qué demonios quieres? Quieres desestabilizar a Max ¿Cierto? Sigues sin poder soportar que sea mejor que tú, que su carrera sea más importante que tú.

—Mi relación con Emilian nunca ha sido de tú incumbencia Jos, y yo soy libre de ir y venir a mis anchas, no recuerdo que tenga que darte explicaciones.

Estaba a punto de largarse, Jos y él jamás habían sido buena combinación, no necesitaba, ni quería aguantarlo. Una sonrisa diabólica se apoderó del neerlandés.

—La mejor decisión de mi hijo fue haberte dejado e irse con Daniel —eso hizo que Sergio se detuviera, Jos sonrió, había dado en el clavo, siempre supo que Ricciardo le causaba inseguridad y era momento de explotar aquello.

—Es mentira.

—Claro que no, esa fue una de las razones para que Max te pidiera el divorcio.

Sergio agradecía traer sus preciosos lentes oscuros, no quería que aquel ser despreciable mirara el dolor qué le estaba causando, aunque no era necesario su cuerpo lo delataba.

—Estás mintiendo, Jos.

—No lo hago, esto tiene pasando mucho tiempo ¿Sabes que es lo peor? Que todos esos a los que llamas amigos, lo saben y te lo ocultaron, sí no me quieres creer está bien, no tengo porque mentir, al fin y al cabo ya no eres un estorbo para mi hijo.

REGRET (Chestappen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora