4.

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—Ustedes de verdad deben dejar de comer pinche pan enfrente de los pobres.

Mark y Sebastian se separaron y miraron al castaño con confusión.

— ¿Qué diablos significa eso?

— ¡Qué dejen de tragarse enfrente de mi! Que yo no tengo a quien meterle la lengua hasta las amígdalas y las hormonas están acabando conmigo.

La pareja lo miró un segundo antes de comenzar a reír del pequeño berrinche del mexicano.

Pinche par de jotos nadaqueverientos, rasca cazuelas. ¿Dónde está tu niño canguro? Pensé que vendría con nosotros.

Mark paso un brazo por los hombros de su esposo y lo acercó más a él.

— ¿Recuerdas que es australiano? No necesita viajar.

—Cierto, cierto… son las hormonas —la pareja evitó reírse del rostro del más joven pues a cómo estaba era capaz de romper a llorar y últimamente se veía tan bonito que no querían arruinarlo. Definitivamente el embarazo le había beneficiado. Mark y Seb estaba seguros de que tendrían que controlar a varios para no lanzarse sobre el pequeño castaño.

— ¿Cómo le vas a hacer para ocultar tu embarazo? Digo no es que se te note mucho aún pero sí alguien te mira con atención notará algo extraño.

—Lo tengo cubierto ¿Conoces a Lewis Hamilton? Él siempre va con esa ropa grande que se le ve genial, una delicia sí me preguntan —el castaño les dirigió una sonrisa que decía “las hormonas” — o ¿A Charles Leclerc? Con esos pantalones anchos, un bombón sinceramente, pienso hacer lo mismo, nada de mostrar a piojito a los demás, además ¿Quién se va a fijar en mí? Soy uno más  del montón.

— ¿Estás de broma cierto niño? —Mark no podía creer lo que escuchaba, pero la mirada inocente y confundida que le dirigió el mexicano le confirmo que definitivamente era un despistado de primera y compadeció a todos los hombres que habían tratado de conquistarlo con sutileza, al parecer su esposo y él tendrían mucho trabajo ese fin de semana.

Llegaron a Australia y se dirigieron a la casa que el matrimonio tenía ahí.

—Creo que lo mejor será hablar con él durante el día de medios, así tendrá tiempo de asimilarlo y no le afectará su rendimiento.

—No se porque te preocupas por ese insensible hijo de puta —Sebastian se había molestado haciendo que su acento alemán se marcará más— pero sí es lo que quieres…

El timbre de la casa sonó y Mark se apresuró a abrir.

—Espero que no se molesten, pero invite a cenar a Oscar.

Ambos hombres miraron al joven castaño que había entrado con Mark.

Cada vez los agarran más chavos.

Sergio sonrió y agradeció estar cubierto por la barra cuando el joven piloto lo miró..

— ¡Eres Sergio Perez! ¡El esposo de Max! ¡El ex piloto de Redbull! ¡El que ganó en Mónaco! ¡El que es mexicano!

—Eh sí… ¿Qué pasa, comiste mucha azúcar? Y solo para aclarar que es EX Esposo.

—Claro, claro, He oído mucho de usted señor Perez, toda la parrilla se volverá loca cuando lo vean.

—No me digas señor Perez, mijo, me haces sentir viejo sí casi somos de la edad y háblame de tú.

Después de que Oscar calmara su euforia por conocer a Sergio cenaron tranquilamente y les entregó los pases para que pudieran acceder sin problema a las instalaciones.

REGRET (Chestappen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora