Una de las cosas más complejas en la vida del hombre es aprender a reconocer las migajas que la misma nos deja para tomar el camino correcto. Para su fortuna Adrien irá aprendiendo a conectar los pedazos que la vida se ha encargado de irle dejando Algo en común los unirá; todo es simple curiosidad: el deseo de poder saciar sus dudas. Un árbol no tiene la curiosidad de conocer el ambiente en cuál fue plantado, pero una persona sí. Una persona quiere saber en dónde fue plantado y por quién fue plantado; una persona quiere saber de otra qué es lo que provoca su presencia en la vida del otro. Y Adrien lo descubrirá, la pregunta es, ¿le agradará lo que vaya a conocer de aquella chica? Y cuando ambos lo sepan ¿serán al fin libres? .