Zee Pruk y su grupo musical universitario son de Bangkok y y día son contratados para una actuación en Seul donde le pagarán muy bien.Tras un largo viaje llegan al hotel donde se celebrará el evento pero este no es un lugar normal. Allí ocurrirán co...
—Saint, ¿Duermes aquí?—preguntó el alfa levantándose de la cama.
—Si, ¿y t-tú?—preguntó el omega aturdido por el perfecto torso desnudo del alfa, el cual se había levantado rápidamente.
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Este se acercó al omega haciendo que se sonrojase y soltase un sonoro jadeo.
—Ésta también es mi habitación, parece que el destino se empeña en que nos conozcamos—dijo susurrándole muy cerca.
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El castaño sintió su cuerpo estremecerse, ya que el rico olor del alfa y su imponente cuerpo de Dios griego lo tenían muerto de deseo, jamás un cliente le había causado tal impacto.
—No...no debería estar aquí—se apartó este rápidamente pues su entrada empezaba a lubricarse sin control—…Volveré a mi antigua habitación.
El omega intentó escabullirse pero el brazo fuerte del alfa, lo detuvo.
—No precioso, tú no te vas a ningún lado—dijo acercándose a su cuello y comenzando a besarlo—...joder hueles tan bien, eres exquisito.
Zee lo abrazó con fuerza y rozó los temblorosos labios del omega con los suyos.
—No sé que me ocurre contigo, yo jamás había sentido una atracción así de fuerte por ningún omega.
Saint se estremeció en los brazos del alfa, sintiéndose débil, febril y notando sus piernas fallarle y cuando este atrapó su boca en un sediento beso, ya no pudo luchar y dejó de tener voluntad propia.
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—Oh joder, eres tan hermoso, no puedo controlarme—habló Zee comenzando a quitándole la ropa y acariciando su suave piel.
Tras estar frente a frente totalmente desnudos, estos volvieron a besarse y el alfa lo tumbó en la cama y se subió encima cubriéndolo totalmente.
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Zee estaba eufórico, jamás había sentido algo así con otro omega, entonces se quitó los boxer, la cual era su única prenda para dormir y puso a descubierto su enorme erección, haciendo que el omega gimiese con más fuerza, al tacto de sus miembros.
Este besó y lamió sin descanso el pecho del omega, mordiendo las tiernas tetillas de este y muriéndose por marcarlo, lo cual tampoco nunca había deseado pero no lo hizo pues no tenía derecho, ya que no se conocían, además en principio para él, aquello tan solo era sexo.
Zee se incorporó y abrió la piernas de Saint, haciendo que este soltase un erótico suspiro que lo volvió loco y mandó una fuerte corriente a su polla, la cual moría por introducir.
—Te deseo tanto... Joder eres increíblemente sexy, cariño—le susurró mientras se introducía en él.
Saint arqueó su espalda y soltó un fuerte quejido cuando el alfa introdujo todo su miembro en su entrada y empezó a sacarla y a meterla primero despacio y luego incrementando el ritmo, haciéndolos jadear de placer.
Zee tocaba una y otra vez la próstata del omega, haciendo que éste se estremeciese, entregado docilmente al placer.
Tras unos minutos de fuertes estocadas, el omega se corrió en su propio vientre, entonces Zee siguió penetrandolo una y otra vez pues quería hundirse en él, le maravillaba la forma en que el culo de este succionaba su polla, entonces sintió próximo su nudo.
Este preparó a Saint besando y acariciando su cuerpo para relajarlo, acariciando mientras le susurraba palabras hermosas al oído.
Sus colmillos dolían a rabiar pero se contuvo, ya que Saint le suplicó que no lo marcase, entonces se derramó en su interior, mientras mordía un cojín de la cama.
—Oh no pue-puedo aaah... eres muy g-grande, me duele aah...
—Shsss... tranquilo pronto pasará cariño— le dijo este volviéndole a besar—...pronto pasará.
Tras diez minutos soltando su semen, Zee finalmente salió de Saint y se tumbó exhausto a su lado, mientras los dos respiraban agitados y relajados.
Habían compartido un gran momento y luego de sonreirse y acariciarse tiernamente, ambos se quedaron dormidos.
