Siete

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Mientras a unos metros de allí, sobre las cinco de la madrugada, en la habitación de Mew y Gulf todo se tornó raro.

El alfa comenzó a notar un fuerte olor a omega que lo despertó, en un principio pensó que alguien se había colado en la habitación, así que encendió la luz y con sorpresa se encontró al teclista tirado en el suelo, de espaldas, llorando y gimiendo.

-Oh joder, Gulf ¿estás bien?, ¿qué te ocurre?-preguntó confundido.

-Mis pas-pastillas no e-están-dijo este señalando su mochila.

Este cayó en la cuenta y enseguida se levantó sorprendido.

-¿TU E-ERES EL OMEGA?-gruñó al notar el fuerte y delicioso olor que provenía del moreno.

Gulf se levantó como pudo y se puso de rodillas, rodeando la cintura del alfa con sus brazos.

-Po-Por favor, no s-se lo digas a ellos o no p-podré tocar con vo-vosotros- le suplicó.

Mew estaba abrumado por la situación, ahora lo entendía todo, por eso su amigo lo atraía, por eso ese débil y delicioso olor a omega, por eso las pastillas.

-¿T-Tus supresores?, ¿no te los to-tomaste? -preguntó intentando controlarse.

-No e-están.. A-Alguien los cogió de mi mochila y no puedo co-controlarme sin ellos.... Me descubrirán y me echarán de la b-banda... A-Ayúdame, tú eres mi a-amigo, por favor.-suplicó este de nuevo.

-¿No los habrás p-perdido?- preguntó el alfa nublado por el olor.

-N-No tengo ni i-idea, s-solo sé que no están y los necesito-gimoteó Gulf sujetando su vientre.

-N-No tengo ni i-idea, s-solo sé que no están y los necesito-gimoteó Gulf sujetando su vientre

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-Ya sé, i-iré a re-recepción y pediré unos...Alguien tendrá y ma-mañana compraremos más, ¿de a-acuerdo?-dijo el alfa caminando hacia la puerta haciendo un gran esfuerzo por no girarse y abalanzarse sobre él.

-Gra-Gracias.

Ya en el pasillo del hotel, el alfa respiró una gran bocanada de aire limpio de feromonas del omega y caminó hacia el ascensor, aún sentía su alfa interior devorarlo por dentro queriendo ir de nuevo a la habitación y poseer al omega pero su amistad era más fuerte y este consiguió acallarlo.

Tras varios minutos, el guitarrista subió con una caja de supresores que había conseguido y volvió a la habitación para que Gulf se los tomase.

Cuando entró todo estaba impregnado del dulce aroma del omega y ahí estaba él, sobre la cama desnudo, precioso y lubricado, el omega más perfecto que había visto jamás, su amigo al que creía un alfa.

-Te tra-traigo los su-supresores -dijo el alfa acercándose a la cama.

El omega intentaba satisfacerse, entonces Mew se dio cuenta, este había entrado en celo.

—Oh... Dios mío...—gruñó el alfa acercándose y conteniendo sus instintos—…no pue-puedes hacerme esto.

—Mew mi a-alfa, ayúdame, por fa-favor—suplicaba el omega ido y retorciéndose de dolor.

Este tiró la caja de supresores al suelo pues ya era demasiado tarde, Gulf ya estaba demasiado dispuesto, lo reclamaba, tan hermoso y muy caliente, así no pudo contener más y dejó salir a su alfa interno que lo desgarraba queriendo atrapar al desnudo omega entre sus garras.

— A-Ayúdame, me duele—volvió a suplicar el omega.

—Shsss.. tranquilo, mi precioso, yo haré que desaparezca—gruñó el alfa sacándose la ropa y tumbándose junto a él.

El moreno gimoteaba como un cachorrillo indefenso, el deseo por el alfa lo tenían así pero en cuanto Mew se subió encima suyo y lo cubrió por completo, dejó de suplicar pues el calor del alfa lo arropaba y se sentía protegido.

—Oh joder... esto es tan increíble... Creía que me estaba volviendo loco y resulta que eres un omega, mi omega perfecto—dijo antes de atrapar sus labios húmedos por la excitación.

 Creía que me estaba volviendo loco y resulta que eres un omega, mi omega perfecto—dijo antes de atrapar sus labios húmedos por la excitación

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—Mi alfa— suspiró el moreno.

El alfa entonces profundizó más el beso mientras el omega se iba relajando y gemía por el placer, para él era como un sueño, verlo debajo suya, sonrojado y con su pelo negro azabache pegado a la frente por el sudor de la excitación.

Este abrió las piernas del omega y comprobó lo húmedo y dilatado que estaba, era toda una tentación, vio que estaba más que preparado, así que cogió su erecta polla y la introdujo de una estocada en el interior de éste, haciendo que el omega soltase un gran quejido que él ahogó con un beso.

Cuando vio que Gulf se acostumbró a su grosor, comenzó el vaivén de penetraciones que sumía a los dos amantes en un halo de lujuria y frenesí que los llevó al borde de la locura.

El amor hacía el resto pues para ellos no era solo sexo, ya que sin saber uno del otro, se amaban en secreto y recién lo habían descubierto.

Cuando este estaba próximo a anudar, olisqueó el cuello del omega y este giró más su cabeza para darle mayor acceso.

—Hazlo mi alfa, marcame, te amo desde hace mucho, entre en la banda por ti.

—N-No sé si de-deberíamos.

El moreno gimió y lo miró con ojos suplicantes, entonces Mew abrió su boca, dando paso a sus grandes colmillos y se los clavó rasgando la dulce piel del omega y causándole un gran dolor, luego el alfa lamió la herida y dejó que su nudo soltase su semilla y llenara el interior de este, mientras Gulf se corría en su propio vientre.

Cuando terminó todo, el aturdido alfa salió del agotado omega y se tumbó a su lado muy sonriente y agotado.

—Te amo

Mew se giró y lo miró fijamente sonriendo.

—Yo también te amo, mi precioso omega.

Entonces el moreno se apego más a él y volvieron a besarse.

El celo de Gulf estuvo presente hasta casi el amanecer, luego se tomó un supresor y este fue disminuyendo y los dos exhaustos por el cansancio, tras copular varias veces más, se quedaron por fin dormidos y abrazados.

10. Hotel 5 estrellas Omegaverse -Zaintsee, Mewgulf y Offgun - Terror -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora