Boruto - Lazos destrozados ✔️

46 - Historia de Minato

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capitulo 46

"Naruto, ¿recuerdas cuando hace 20 años partí a la batalla contra Kumogakure?". Preguntó Minato en tono apenado, dado que fue la última vez que interactuó con su hijo en su infancia.

"Por supuesto, ¿cómo podría olvidarlo? Mi vida no fue la misma después. ¿Qué pasó exactamente entonces? He oído historias de segunda mano de otros, pero todas me resultaban imposibles de creer. Todos te tacharon de traidor diciendo que le diste la espalda a Konoha. Me niego a aceptar eso incluso hasta el día de hoy, porque tú por encima de cualquier otro eras el más leal a Konoha".

"Todo fue una trampa. Todo el conflicto con Kumogakure empezó cuando Rin fue tomada como rehén por los shinobi de Kumogakure y Obito se precipitó para rescatarla. No se le podía culpar, es normal que un marido quiera salvar a su mujer cuando su vida está en peligro. Fui tras él tan rápido como pude, pero cuando llegué, ya era demasiado tarde. Lo que presencié a mi llegada me conmocionó hasta la médula. Rin ya estaba muerta al igual que las personas que la mantenían cautiva. Obito había acabado con cada uno de ellos al despertar el Mangekyou Sharingan como resultado de su gran pérdida. El único problema: los que mató eran todos shinobi de Konoha".

"¿¡QUÉ!?" Naruto quería decir que estaba sorprendido, pero después de todo lo que había escuchado hasta ahora, estaba casi insensibilizado en este punto.

"Cuando otros shinobi de Konoha empezaron a llegar al lugar de la masacre, que no tenían ni idea de la causa de la muerte de Rin, Obito fue etiquetado instantáneamente como un traidor por masacrar a su propia gente. En ese mismo instante, se convirtió en un objetivo prioritario y debía ser ejecutado sin prejuicios. No ayudó que Obito casi perdiera la cabeza en ese momento. Sólo pensaba en vengarse de su propia aldea. Los atacó con toda su fuerza y se produjo un baño de sangre". Minato se estremeció al recordar los acontecimientos de aquel día. "Yo era el único que sabía la verdad y le creí. Incluso en su ataque de ira y locura, Obito había compartido esa verdad conmigo. Ahora estaba solo contra su propia gente, su propia aldea, que lo quería muerto. Yo sabía lo que se sentía perder al amor de tu vida. El dolor y la pena eran insoportables. No podía quedarme de brazos cruzados y ver cómo asesinaban así a mi querido alumno. Por lo tanto, intervine y trató de detener la lucha. Pero fue en vano. Mis palabras no llegaban a nadie. Todos los shinobi de Konoha no confiaban en Obito y lo querían muerto por matar a sus camaradas a sangre fría, mientras que Obito quería vengarse de ellos por lo que le había pasado a Rin. En el fragor de aquel momento tuve que elegir un bando, porque Kumogakure también se acercaba. Así que elegí un bando. Decidí proteger a Obito, que se había quedado solo en este mundo. Mis palabras no llegarían a ellos, así que no tuve más remedio que usar la fuerza para poner fin al asunto".

"Ahora entiendo... por eso también te etiquetaron como traidor".

"Fue una situación terrible. Obito estaba fuera de control y nadie de Konoha estaba dispuesto a escuchar. Mientras esto ocurría, Kumogakure también se unió a la refriega. Intenté mantenerme firme y ayudar a Konoha en la lucha contra Kumo, pero en ese momento Konoha también se había vuelto en mi contra por proteger a un traidor y colaborar potencialmente con él. Así que Obito y yo estábamos luchando en dos frentes: Konoha y Kumo al mismo tiempo. No podíamos mantener el ritmo. Había demasiada gente con la que lidiar. En el momento en que estábamos llegando al límite absoluto de nuestra resistencia, de repente fuimos teletransportados fuera del campo de batalla a un lugar alejado del conflicto. Al principio no sabía qué estaba pasando. Incluso me sentí un poco aliviado. Pero todo iba a empeorar a partir de ese momento, porque la persona que estaba ante nosotros era el hombre enmascarado, la misma persona que intentó matar a tu madre. Fugaku apareció una vez más, y como habrás adivinado, él era una vez más el cerebro detrás de nuestro predicamento actual".