Boruto - Lazos destrozados ✔️

54 - La verdad olvidada

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capitulo 54

La noticia de que no había forma de volver a casa fue difícil de digerir para Boruto al principio, pero como ocurre con la mayoría de las cosas, el tiempo empezó a aliviar el dolor. También estaba la esperanza de que si de alguna manera Boruto era capaz de dominar los poderes ocultos de sus nuevos ojos, podría ser capaz de averiguar cómo llegó a este mundo en primer lugar, asegurando así un camino potencial para su regreso. Necesitaba algún tipo de esperanza en esta circunstancia completamente imprevista en la que estaba atrapado. Así, el joven Uzumaki comenzó su rehabilitación y entrenamiento para dominar los nuevos poderes que le otorgaban sus dos ojos.

Todo era un poco abrumador. La forma evolucionada de su Byakugan era increíblemente poderosa. Su visión le mostraba mucho más y le permitía hacer cosas que nunca creyó posibles, pero además estaba el Sharingan, que era otra bestia en sí mismo. Sin embargo, Boruto tenía un talento increíble y empezó a descifrar los matices de sus ojos con bastante rapidez, sobre todo con la ayuda de su nuevo anfitrión, que le proporcionó un montón de consejos útiles sobre cómo dominar correctamente los diversos entresijos del Sharingan. Con el tiempo, Boruto llegó a confiar en el anciano y empezó a explorar las inmediaciones de su nuevo hogar y a conocer las diversas tecnologías que albergaba. Desde luego, descubrir un mundo nuevo y todas las incógnitas que ofrecía tenía algo de surrealista. No todo era tan inútil como parecía.

Un mes más tarde...

Era de noche. Boruto acababa de regresar a la base después de un día de entrenamiento. Se había acostumbrado a vivir en este centro de investigación subterráneo en medio del desierto. No era su hogar, pero era lo más cercano que podía llamar hogar en este mundo. Había explorado los alrededores e incluso llegó a conocer a cierta persona que frecuentaba esta tierra desolada. Esa persona le explicó muchas cosas sobre este mundo, su historia, su gente y el papel de los samuráis. Pero esa era una historia para otro momento.

Lo más importante es que Boruto estaba completamente curado en ese momento gracias, en parte, a la asombrosa tecnología presente en las instalaciones. Estaba absolutamente decidido a encontrar la forma de utilizar sus ojos para abrir una vez más un camino de vuelta a su propio mundo, tal y como había hecho para llegar hasta aquí en lo que parecían sus últimos momentos, lo que a su vez acabó salvándole la vida.

Hoy el anciano no estaba en la base, por lo que Boruto se encontraba aquí solo. Como de costumbre, se dirigió a la bahía médica y entró en la cápsula donde se encontraba originalmente, y en 15 minutos, casi todas sus heridas leves estaban curadas. Los avances en tecnología médica aquí eran increíbles y permitían a Boruto esforzarse mucho más en su entrenamiento sin tener que preocuparse de que las lesiones menores se acumularan con el tiempo.

Sintiéndose renovado, Boruto se acercó a la cocina para coger algo de comida. Por lo general, salía a encontrarse con su conocido a esta hora, ya que a ambos les encantaba aprender el uno del otro sobre sus respectivos mundos, pero hoy esa persona no podría hacerlo. Boruto estaba atrapado aquí en la base aburrido como una ostra, sin saber qué hacer para pasar el tiempo. Así que decidió volver a su habitación y dormir un poco.

Mientras regresaba, se dio cuenta de que cierta habitación que normalmente estaba siempre cerrada estaba abierta. El letrero sobre la puerta decía "Almacenamiento y Visualización de Datos" y el panel junto a la puerta brillaba con un color verde, lo que significaba que era libre entrar. A Boruto le resultaba extraño, porque era la única habitación de toda la base en la que nunca había entrado. Antes no le había prestado mucha atención, pero ahora sentía curiosidad. No estaría de más echar un vistazo.