El profeta

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Aquella mañana me desperté debido a la tormenta que estaba cayendo fuera, aún así cogí mi escoba y fui a entrenar con el equipo de Gryffindor.
Los rayos caían por todos lados, el agua hacía que mantener el equilibrio sobre la escoba fuera un infierno y la fuerza del viento no nos dejaba manejar las escobas del todo bien, por suerte nadie salió herido.

Después de aquel duro entrenamiento nos cambiamos, nos secamos y nos pusimos las túnicas para ir a desayunar.
Cuando llegamos al gran comedor, John y Mary estaban asombrados.
-¿Has ido a entrenar con este tiempo?- dijo Mary.
-Si- dije sonriendo -ha sido muy duro pero el Quidditch es así, incluso con una gran nevada se juega-
-Estáis como cabras- dijo John -uno de esos rayos os habría fulminado al instante-
-Todo sea por vencer a Slytherin en el gran partido- dije riendo.

De pronto todas las lechuzas entraron en el gran comedor con el correo.
Eran muchísimas, cada cual más bella todas lanzaban cartas y paquetes de un lado para otro.
-Oh el correo- dijo John observando las bellas lechuzas.
-Espero que tengamos carta otra vez- dijo Mary.

Hedwig aterrizo frente a mi con un suave aleteo con el profeta enrollado en sus patas y una carta en su pico.
El la portada aparecía un gran titular donde ponía "¿El que no debe ser nombrado regresa de entre los muertos?" justo debajo había la foto de la marca tenebrosa y un titular donde ponía "10 ataques de mortifagos en los alrededores de Londres"
-¿Ha vuelto?- dijo John.
-Es imposible- dijo Mary -tu abuelo acaba con él ¿Verdad?-
-Claro que lo hizo- dije seria - se hizo cenizas ante sus ojos-
-Está muy claro que alguien quiere vengarse- dijo John -corres un gran peligro-

Adler pasó a nuestro lado con el profeta en sus manos.
-Me parece que pronto vendrán a por ti- dijo ella dirigiéndose a mi con burla - ¿Qué harás cuando eso pase? ¿Huirás como hiciste en el patio de transformaciones? ¿Y si no están tus amiguitos contigo que harás?-
-Cállate Adler- dije muy molesta levantándome -me tienes harta con tus estúpidas burlas, todos estamos en peligro aparte de mi. No es por nada... pero si Voldemort ha vuelto no querrá sangre sucia ni mestizos en la escuela y tú no eres pura por completo ¿No?-
-Como se lo digas a alguien...- dijo ella encarándome.
La directora McGonagall apareció tras ella.
-Señorita Adler vuelva a su mesa y usted señorita Potter haga lo mismo- dijo con seriedad.

Ambas nos volvimos a nuestras mesas y nos sentamos,
Tomé la carta del pico de Hedwig y la abrí leyéndola:

"Mi querida y hermosa niña:
Te echo tanto de menos que no te lo puedes imaginar.
Me alegro muchísimo que en el colegio te esté yendo todo muy bien.
Debes de tener cuidado, hace poco hubo ataques de mortifagos cerca de Londres y temo que dentro de poco estéis en peligro. No soportaría que te pasase nada princesa.
Todos aquí estamos de maravilla aunque puede que vayamos a casa del tío ron y la tía Hermione unos días.
Cuídate mucho mi amor.
Con cariño de tu padre
Albus Severus Potter"

Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, extrañaba a mi padre pero no me había parado a pensar en como estaría ahora que estaba solo con los abuelos, mi egoísmo había sido muy grande solo escribiendo al abuelo y no a él.
Me guardé la carta en la túnica y fui camino de defensa contra las artes oscuras con John, Mary y Molly.
El profesor Aldrige nos esperaba de pie en el centro del aula con un gran muñeco para practicar hechizos.
-Muy bien alumnos- dijo él sonriendo -Dejad vuestros libros en los pupitres, hoy la clase será totalmente práctica. ¿quién sabe cual es el hechizo para tirar al oponente?-
-Flipendo- dije con una sonrisa.
-Muy bien señorita Potter 10 puntos para Gryffindor- dijo el profesor con una sonrisa. Como bien ha dicho la señorita Potter hoy aprenderemos el hechizo Flipendo el cual resulta muy útil en algunos combates con enemigos-

El profesor ponía mucho empeño en la práctica y sabía como animarnos aunque nos saliera mal, todos estábamos muy entusiasmados con la clase pero el tiempo pasó muy rápido y se terminó.
-Bueno chicos nos veremos en la próxima clase- dijo Aldrige.

Me disponía a abandonar el aula cuando el profesor me llamó.
-Señorita Potter- dijo él.
-¿Si?- dije girándome.
-¿Ha leído el periódico está mañana?- dijo el poniéndose a mi altura.
-Claro que lo he leído- dije -pero no comprendo nada. Mi abuelo mató a Voldemort es imposible que haya vuelto-
-Verás- dijo el haciendo que me sentase -todavía quedan muchos seguidores suyos por ahí incluso se comenta que no es él quien lo dirige sino su nieto-
-¿Un nieto?- dije sorprendida -Pero si él no tenía hijos-
-En eso todos se equivocan- dijo él -si que tuvo un hijo con Bellatrix Lestrange. Se lo arrebataron a ella en Azkaban y nadie supo más de ese niño hasta unos meses después de la batalla de Hogwarts, era algo mayor que tu abuelo-
-Eso quiere decir que...- dije asustada.
-Corres un gran peligro- dijo él -pero haremos todo lo posible por mantenerte segura-
-Muchas gracias profesor- dije sonriendo.
-Ahora ve a la siguiente clase o llegarás tarde- dijo él riendo.

El resto de la tarde fue muy entretenida, todas las clases que tuvimos fueron prácticas.
Cuando cayó la noche nos fuimos a la cama, yo por mi parte me senté junto a la ventana cuando todas estaban dormidas y me quedé pensando en cuando vería al hombre que quería hacerme daño.

La magia de la deducción (Sherlock Holmes y Tú) [Potterlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora