El verano ya se estaba terminando.
Vivía con mi padre y mis abuelos en una casa a un par de horas de Londres. Cumplía los once años en noviembre pero según mi abuelo pronto me llegaría un regalo muy especial.Papá me dijo que dentro de poco sería el cumpleaños de el abuelo y le haríamos una gran fiesta con toda la familia.
-No le digas nada al abuelo ¿De acuerdo princesa?- dijo mi padre acariciando mi cabello.
-Si papá- dije con una sonrisa -¿Puedo ir a ver a Buckbeack? se debe de estar sintiendo algo solo en el establo y no me gusta que esté triste-
-Está bien pero recuerda las normas- dijo mi padre.
-Acercate despacio haz una reverencia y espera a que te la devuelva- dije imitando su tono habitual -papá me acuerdo de como tengo que cuidarle-
-Anda ve- dijo dandome un leve azote en el trasero.Corrí al establo y allí estaba, Buckbeack era el hipogrifo que un tío de mi abuelo le había regalado después de su muerte.
Era enorme, con unas fuertes patas de caballo al igual que el cuerpo y la cola, por la parte delantera tenía patas y cabeza de águila, su pico era del color del acero, sus ojos naranjas y era de color grisaceo.
-Hola Buckbeak- dije haciendole una reverencia la cual me devolvió -vengo a hacerte compañía-Buckbeak frotó su cabeza contra la mía, era muy cariñoso cuando quería. Una vez mi primo se olvidó de las normal y acabó con un brazo roto, por suerte mi abuelo sabía como tratar eso.
De pronto escuchamos el ruido de un motor, era el coche del abuelo que volvía de hacer los recados.
-Quedate aquí Buckbeack- dije frotando su cabeza -Volveré más tarde para jugar contigo-Salí corriendo de allí cerrando la puerta y corrí hacia mi abuelo.
-¡Abuelo!- dije dándole un gran abrazo.
-¿Cómo está mi nieta favorita?- dijo él correspondiendome al abrazo -¿Has dormido bien?-
-Si- dije sonriendo - y he ayudado a la abuela a hacer tarta de calabaza-
-Seguro que estará deliciosa- dijo él riendo -¿Me ayudas a llevarle esto a tu abuela?-
-Claro abuelo- dije agarrando algunas bolsas.Entramos en la cocina donde estaba mi abuela preparando la comida, yo dejé las bolsas en la mesa y mi abuelo en la encimera.
-¿Has traido todo?- preguntó ella con una sonrisa.
-Si- dijo mi abuelo -casi no quedaban calabazas pero conseguí traer algunas, seguramente Ron traiga más el sábado-
-Me alegro porque esta señorita- dijo mi abuela rodeando mis hombro con su brazo poniendose a mi altura -ha estado comiendo mucha calabaza últimamente-
-Es que me gusta mucho como me la preparas tú- dije sonriendo besando su mejilla.Mi abuelo era bastante alto, su pelo era blanco debido a las canas, sus ojos verdosos y en su frente tenía una cicatriz con forma de rayo. Mi abuela era tambien de pelo canoso, de la misma estatura que mi abuelo y una mujer muy guapa.
Mi padre era alto, de cabello castaño, tez pálida y ojos azules.
-Abuelo ¿Por qué papá no quiere que vaya a cer la tumba de mamá?- pregunté.
-Pues verás cielo- dijo él sentandome en su regazo -ya sabes que papá se pone muy triste por culpa de lo de mamá y no quiere que le veas llorar-
-Lo sé- dije -pero yo ya tengo 10 años y pronto cumpliré los 11 creo que soy bastante mayor para soportarlo-Apenas tenía recuerdos de mi madre, ya que murió cuando yo tenía tres años. Era muy guapa de ojos color café y pelo castaño oscuro, según papá me parezco mucho a ella cuando tenía su edad.
Lo último que recuerdo de ella fue cuando me mandó esconderme dentro del armario, hubo un destello de color verde y un golpe seco. Para cuando salí de mi escondite ella no estaba y recuerdo que mi padre lloraba mientras me abrazaba.Llegó el sábado y con él la fiesta de cumpleaños del abuelo, la celebrábamos primero porque mis primos se iban a estudiar y no podrían estar cuando fuera su cumpleaños.
Ansiaba ir a su misma escuela, el abuelo siempre me contaba como era todo, las aventuras que vivió, las criaturas que había visto... parecía como si hablase de un sueño.La fiesta fue increíble, reímos, bailamos, cantamos, comimos, jugamos... todo fue perfecto.
El abuelo estaba muy feliz de ver a toda la familia reunida junto a algunos de sus amigos.
-Tu nieta tiene cierto parecido a ti- dijo Ron -siempre metiéndose en líos-
-Si- dijo él riendo -pero seguro que saque mejores notas que yo, es una niña muy inteligente-
-El otro día estaba leyendo el libro de pociones de quinto curso- dijo Ginny sonriendo -le encanta aprender cosas nuevas sobre la magia-
-¿Todavía no recibió la carta?- dijo Hermione - está a punto de agotarse el plazo y ella cumplirá los años en noviembre-
-Tranquila a Mcgonagall no se le escapa una- dijo Harry riendo.
-Cada vez se parece más a su madre- dijo Lily
-Si...- dijo Albus mirando al suelo.
-Hijo...-dijo Harry pasando el brazo por sus hombros- no le pasará nada, es muy lista y fuerte-
-Papá no es por eso- dijo secándose lágrimas -no quiero estar lejos de ella. Sé que estará muy bien cuidada no lo dudo pero temo que Hogwarts no sea un lugar seguro para ella-
-Ese hombre que asesinó a tu mujer a desaparecido- dijo Ron -¿Por qué aparecería ahora?-
-No lo sé- dijo Albus -pero seguro que le intentará hacer daño-Cayó la noche y con ello comenzó a entrarme el sueño.
Mi abuelo me llevó a la cama y me arropó.
-Buenas noches princesa- dijo besando mi frente.
-Abuelo- dije agarrando las mantas -cuéntame una de tus historias sobre Hogwarts-
-Está bien- dijo riendo levemente - te contaré la historia de cuando me tuve que enfrentar a un colacuerno húngaro y tuve qeu sumergirme en las profundidades del lago negro-Cuando iba por la mitad de la historia me quedé dormida soñando con Hogwarts, el gran colacuerno y las criaturas que habitaban el lago negro.
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La magia de la deducción (Sherlock Holmes y Tú) [Potterlock]
RomanceEres la nieta del mago más famoso del mundo, Harry Potter. Vives con tu padre y con tus abuelos en una casita a un par de horas de Londres. Una mañana, un extraño ruido te despertó. Abriste tu ventana y una enorme lechuza de color gris entró atraves...