Cumpleaños mágico

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Era la mañana de mi cumpleaños.
Estaba durmiendo cuando noté que alguien besaba mi mejilla.
-Felicidades (T/N)______- dijo Mary.
-Gracias Mary- dije abriendo los ojos levemente para luego estirarme.
-Vamos a desayunar- dijo ella.

Nos vestimos rápidamente y fuimos al gran comedor donde estaban Sherlock, John y Molly.
-¡Felicidades!- dijeron los tres abrazándome.
-Gracias chicos- dije sentándome entre Sherlock y Molly.
-¿Qué tal sientan los 11 años?- dijo Sherlock sonriendo.
-Muy bien- dije riendo -como los 10-

Después de desayunar tuvimos clase de defensa contra las artes oscuras donde el profesor Aldrige nos enseño el hechizo Fumos, el cual creaba una pantalla de humo defensiva.
Era la primera vez que a toda la clase nos salió genial, al terminar la clase el profesor me llamó.
-Señorita Potter- dijo él con una sonrisa.
-Dígame profesor- dije girándome.
-Creo que hoy es su cumpleaños- dijo él -tengo una cosa para usted-
-No hacía falta profesor- dije sonriendo.

El profesor fue a su mesa y abrió un pequeño cajón sacando un paquete de él.
-Es solo un pequeño detalle al ser la mejor de la clase- dijo él.
-Profesor no era necesario que me comprase nada- dije riendo.
-Abralo- dijo.

Abrí el paquete y dentro había un libro llamado "Animales fantásticos y dónde encontrarlos".
-Sé que está interesada en ese tema y me pareció el más indicado- dijo sonriendo.
-Muchas gracias profesor- dije antes de darle un abrazo.
-No hay de que pequeña- dijo él -corra a pociones o el profesor Slughorn la echara en falta-

Agarré el libro y corrí a la clase de pociones sentándome junto a Sherlock.
-Cuanto has tardado- dijo él mirándome de reojo.
-Lo siento- dije sonriendo -es que el profesor me dio un regalo de cumpleaños-
-Ah- dijo él algo molesto.
-Sherlock no empieces por favor- dije antes de besar su mejilla -es mi cumpleaños y no quiero discutir contigo-
-Vale perdona- dijo él con una leve sonrisa.

El profesor Slughorn nos pidió que elaborásemos una pócima para curar los forúnculos, esta vez solo yo fuí la única que la elaboró de la forma correcta haciendo que los 10 puntos de la clase fueran para Gryffindor.
Lo peor de las clases que tuvimos ese día fu, como siempre, historia de la magia.
El profesor Binns era el único que era capaz de hacer dormir a toda la clase con tan solo decir una frase.
-Señorita Potter- dijo él -¿Qué estaba diciendo?-
Sus palabras hicieron que recuperara el hilo de la explicación.
-Estaba hablando de la orden de Merlin profesor- dije con una sonrisa.
-Muy bien parece que estaba atenta- dijo él -10 puntos para Gryffindor-
-Por los pelos- dijo John chocando levemente los cinco conmigo susurrando-

Por la tarde yo estaba en la biblioteca leyendo el libro que el profesor Aldrige me había regalado.
Era un libro increíble, tenía un montón de información sobre las criaturas del mundo mágico, dibujos que explicaban su anatomía, sus puntos débiles, como cuidarlas, como enfrentarse a ellas...
De pronto Molly entró en la biblioteca y me cerró el libro de golpe.
-Vamos (T/N)____-dijo ella- Hagrid nos está esperando-
-Es cierto- dije agarrando el libro -vamos-

Salimos de la biblioteca pusimos rumbo a casa de Hagrid, cuando estábamos llegando Hagrid salió a la puerta con algo en su espalda.
-Hola Hagrid- dije con un sonrisa.
-Hola- dijo con una sonrisa sacando un pastel de color rosa y letras verdes de su espalda -feliz cumpleaños-
-Muchas gracias Hagrid- dije sonriendo -seguro que está muy rico-
-¡Sorpresa!- gritaron John, Sherlock, Mary y mis primos saliendo de detrás de las calabazas gigantes del huerto de Hagrid.
-Que tontos sois- dije riendo -ya sospechaba que teníais algo preparado-
-Si pero seguro que hay algo que no te esperabas- dijo mi primo Fred.

De pronto se escucho un graznido proveniente de la parte de atrás de la casa de Hagrid, conocía perfectamente aquel sonido. Mi rostro se iluminó con una gran sonrisa y corrí a la parte de atrás.
Allí estaba él esperándome con ansia.
-¡Buckbeak!- dije emocionada corriendo hacia él para abrazarle.

Buckbeak comenzó a restregar su cabeza contra la mía emocionado y a darme suave picotazos en las mejillas, se notaba que ambos nos habíamos echado mucho de menos.
-Que alegría volver a verte- dije con lágrimas cayendo de mis ojos para volver a abrazarle -te extrañé mucho-
Buckbeak quitó mis lágrimas con su pico y graznó suavemente para reconfortarme.
-No ha venido solo- dijo una voz familiar.
-¡Papá!- dije corriendo hasta sus brazos para darle un enorme abrazo.
-Hola princesa- dijo él -sabía que tenias ganas de verle así que decidí traerle-
-Gracias- sonreí -¿Se puede quedar aquí?-
-Claro que se queda- dijo Hagrid -yo le cuidaré-
-¿Has oído eso Buckbeak?- dije emocionada -vamos a poder estar juntos hasta final de curso-

Buckbeak batió sus alas en señal de alegría.
El resto de la tarde fue maravillosa, aquel cumpleaños fue totalmente mágico, aunque Sherlock seguía molesto por el regalo del profesor Aldrige.
-Sherlock ¿estás bien?- dije dandole un trozo de pastel sentándome a su lado.
-Si- dijo con tono serio.
-No lo estás- dije -sé que me estas mintiendo ¿por qué te comportas de esa forma?-
-Porque soy así- dijo él.
-Mentira- dije sentándome en sus rodillas -quiero que me lo cuentes-
-No puedo- dijo él mirando al suelo.
-Está bien- dije acariciando su mejilla -no puedo obligarte a que me lo cuentes-

Todos me habían regalado montones de cosas, al regresar al castillo no fuimos a cenar, puesto que habíamos comido demasiado durante la fiesta e incluso nos dolía la tripa por lo que fuimos a las salas comunes para descansar hasta la mañana siguiente.
Sin duda aquel había sido un cumpleaños mágico en la compañía de algunas de las personas que más quería en todo el mundo.

La magia de la deducción (Sherlock Holmes y Tú) [Potterlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora