Halloween y hombres lobo

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Era la mañana de Halloween, todos los pasillos del castillo estaban decorados para darle un aire más festivo al colegio.

El entrenamiento de Quidditch fue mucho más duro que antes dado que solo faltaban unos días para el partido.
Fuimos a desayunar, el gran comedor estaba completamente decorado.
Cuando el resto llegaron nosotros estabamos completamente derrotados por el cansancio
-Que guay- dijo John mirando todo - y tenemos un montón de chucherías para desayunar-
-Estoy tan cansada que no puedo ni masticar- dije apoyando los codos en la mesa para sostener mi cabeza.
-¿Fue duro el entrenamiento?- dijo Mary antes de que Molly y Sherlock se sentasen con nosotros.
-Muchísimo- dije apoyando mi cabeza en el hombro de Sherlock -solo tengo que acostumbrarme-
-Por suerte solo tenemos clase de historia de la magia hoy- dijo Molly.
-Luego te tomas una siesta- dijo Sherlock -y después iremos a ayudar a Hagrid y a tomar el té-
-Está bien- dije con una leve sonrisa -aunque me costará no dormirme durante la clase-

La clase ese día fue mucho más aburrida que en otras ocasiones.
Mis ojos se cerraban una y otra vez pero Sherlock me daba pequeños codazos para mantenerme despierta.
-Lo siento- dije susurrando con un pequeño bostezo -no puedo evitarlo estoy demasiado cansada-
-Lo sé- dijo él frotando mi espalda -pero tienes que estar despierta, si quieres luego te dejo mis apuntes porque tu letra esta siendo desastrosa-

Miré la hoja que estaba escribiendo, todas las palabras eran garabatos, algunos si que se podían leer pero otros eran completamente ilegibles.
La clase terminó, después de comer fui a la sala común de Gryffindor con Mary y ambas subimos a la habitación.
Yo me desplomé sobre mi cama como si mi cuerpo pesase 100 kilos o más, me quité los zapatos y me metí bajo las sábanas.
-Mary despiertame en un par de horas- dije cerrando los ojos.
-Yo también voy a dormirme- dijo ella metiendose bajo las suyas- seguro que John mandará a alguien para despertarnos-
-Descansa- dije antes de quedarme dormida como un tronco.

Pasaron un par de horas y notaba un cosquilleo en mi mejilla, de pronto algo picó en mi cabeza con suavidad.
Abrí los ojos y vi que Hedwig estaba a mi lado con una carta en su pata.
-Gracias Hedwig- dije acariciandola y ella voló hasta su jaula para descansar.
Abrí la carta y la leí:

"Querida y adorada nieta:
¿Qué tal te va todo?
Hace mucho que no escribes y tu padre está preocupado.
Nos han llegado rumores de que estás sacando muy buenas notas en todas las clases, eso nos ha dado mucha alegría.
¿Qué tal te va con los entrenamientos de Quidditch?
Supongo que cada vez se hacen más duros, no te preocupes te acabarás acostumbrando a ellos.
Por aquí todo está bien, estamos ansiosos de que llegue el partido solo para pasar todo ese fin de semana contigo y conocer a tus amigos.
Todos te extrañamos mucho pequeña, no te imaginas hasta que punto.
Escribenos pronto.
Muchos besos de tu abuelo
Harry Potter"

Sonreí y mire el reloj de una de nuestras compañeras, eran las 3 y media por lo que me recosté un poco más hasta que fueron las cuatro en punto.
Desperté a Mary nos arreglamos y bajamos hasta la entrada del gran comedor, allí se encontraban Molly, John y Sherlock esperandonos para ir a casa de Hagrid.
-¿Habeis descansado bien?- dijo Sherlock con una sonrisa.
-De maravilla- dije con una gran sonrisa.
-Pues pongamos rumbo a casa de Hagrid- dijo John.

Fuimos hasta la casa de Hagrid donde Fang nos recibió con grandes ladridos y lametones.
Al escucharle Hagrid apareció.
-Hola muchachos- dijo él con una sonrisa -pasad el té está casi listo-
-Gracias Hagrid- dijimos pasando.

La casa de Hagrid era bastante pequeña pero muy acogedora, su chimenea estaba encendida con una gran tetera al fuego. Nos sentamos en el sofá y Fang se sentó a nuestro lado.
-¿Qué haremos hoy Hagrid?- preguntó Molly.
-Pues hoy- dijo Hagrid sirviéndonos el té -tenemos que ir a inspeccionar el bosque, según algunos rumores han visto a un hombre lobo merodeando cerca de las runas y no deberían de andar por estos terrenos, salvo en el bosque prohibido-
-Entonces- dijo John -hoy será un poco más peligroso ¿No?-
-Si- dijo Hagrid -pero no os preocupeis no se ven de día-
-Los hombres lobo solo aparecen en luna llena- dije muy segura -toda esta semana es luna llena por lo que aparecera cada noche hasta que logremos atraparle-
-Exacto- dijo Hagrid con una sonrisa -veo que has estado estudiando sobre el cuidado de criaturas mágicas-
-Si- reí.

Fuimos al bosque con Fang y Hagrid, no había ningún rastro de hombre lobo por ningún sitio.
Llegamos a las runas y miramos en todos los rincones, tampoco había muestras de que un hombre lobo hubiese estado por allí.
Comenzabamos a pensar que todo era una tomadura de pelo por parte de alguno de los alumnos mayores.
Estaba anocheciendo así que decidimos volver al castillo para la gran cena.

En el techo del gran comedor se podía ver un cielo nublado con la luna llena brillando y flotando en el aire había un montón de calabazas encendidas, era increíble.
Todos los alumnos estaban sentados en sus mesas cuando nos unimos a ellos.
Las mesas estaban repletas de golosinas, tartas, pasteles, zumos, algodon de azúcar... era como si estuviesemos en el mismisimo Honeydukes.
-¿Creeis que es cierto lo del hombre lobo en Hogwarts?- dijo Mary.
-Todo es posible- dijo John - aunque es algo raro que nadie salvo un alumno lo haya visto-
-Si en eso tienes razón- dije -pero nunca se sabe cuando puede aparecer-
-A mí me dan mucho miedo esas criaturas- dijo Molly agarrando un pedazo de tarta de zanahoria.
-No te preocupes Molly- dijo John con una gran sonrisa -yo y Sherlock os protegeremos-
-Si- dijo Sherlock pasándome el brazo por los hombros -todo por nuestras chicas-
-Oh que caballeros sois- reí.

Después de un rato fui al baño porque necesitaba ir urgentemente.
John, Sherlock, Mary y Molly se quedaron en el gran comedor.
De pronto el señor Filch entró corriendo en el comedor y le susurró algo a la directora para luego irse.
-Prestadme atención alumnos- dijo ella levantándose -un hombre lobo está merodeando por los pasillos del castillo. Por precaución un profesor acompañara a cada grupo de alumnos hasta sus salas comunes-

Todos los alumnos iban camino de sus casas cuando sherlock se dio cuenta de algo parando a John y a Mary.
-(T/N)______- dijo él preocupado -ella no se ha enterado-
-Vamos a buscarla- dijo John corriendo hacia el baño de las chicas con ellos dos.

Yo salí del baño y me dispuse a ir de nuevo al gran comedor cuando escuché un fuerte gruñido detrás de mí.
Me quedé pálida y giré mi rostro, frente a mi se encontraba un enorme hombre lobo de color gris mostrando sus afilados y brillantes dientes, sus ojos amarillos estaban clavados en mí observando cada movimiento que hacía.
Con cuidado deslicé mi mano hasta mi bolsillo y saqué mi varita.
-No te acerques- dije apuntándole -no quiero hacerte daño-

El hombre lobo gruñó y se abalanzó sobre mí. Por suerte tuve tiempo suficiente para correr.
Cuando estaba un poco lejos me choqué con Sherlock, John y Mary.
-(T/N)_____-dijo Sherlock- hay un hombre lobo en el castillo-
-Lo sé y me esta persiguiendo- dije agitada -tenemos que correr a escondernos-
-¿Qué?- dijo John.
-Vamos no tenemos mucho tiempo- dije antes de escuchar un fuerte aullido y pasos rápidos acercarse.

Todos corrimos como alma que lleva el diablo hasta que llegamos a un pasillo sin salida.
-Se acabó estamos muertos- dijo John -sois los mejores amigos del mundo-
-Cállate tiene que haber una manera- dijo Sherlock mirando hacia todos los lados.
-Siempre hay algo- dije haciendo lo mismo que él.

De pronto un largo hocico se asomo en la esquina por la que habíamos llegado.
El lobo nos miró de nuevo mostrando sus brillantes dientes.
Saqué mi varita junto a Mary, Sherlock y John.
Me fijé en una enorme red que había en el techo.
-Chicos- dije susurrando- voy a lanzarle esa red encima, vosotros poner los bancos encima para que no escape-
-Vale- dijeron ellos tres.

El lobo se abalanzó sobre nosotros con su enorme boca abierta.
-. Leviosa- grité haciendo que la red cayese sobre el lobo haciendo que se enredase en las cuerdas.
Sherlock, John y Mary utilizaron también Wingardium leviosa para encerrar al lobo.
-¡Bien!- gritamos todos chocando las cinco.

De pronto escuchamos un montón de pasos rápidos que se acercaban.
Por la esquina llegaron la profesora McGonagall, el profesor Aldrige y el profesor Slughorn.
-Dios mío- dijo el profesor Slughorn.
-Lo sentimos mucho profesora- dije -mis compañeros no tienen la culpa. Yo no me había enterado de que estaba en el castillo, había ido al baño y cuando intenté volver me lo encontré-
-No hace falta que se disculpe señorita Potter- dijo el profesor Aldrige.
-Ha sido un acto muy valiente- dijo Slughorn - pero supuso un gran peligro si ustedes no hubiesen utilizado el hechizo correcto-
-Ganáis treinta puntos cada uno para vuestras casas- dijo la profesora McGonagall.
-Gracias profesores- dijimos todos a la vez.

Los profesores nos acompañaron a nuestras salas comunes y nos fuimos a dormir pensando en la gran aventura que vivimos aquella noche.

La magia de la deducción (Sherlock Holmes y Tú) [Potterlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora