Fue el 24 de diciembre, por suerte había sido mi día de descanso y me quedé dormido hasta medio día con las cortinas cerradas en la habitación del fondo de mi casa, dónde no se escuchan ruidos de la calle y dormí muy rico, boca abajo y abrazado a mi almohada, recuerdo despertar por la luz del día y una ambulancia que pasaba a lo lejos haciendo todo el ruido posible para abrirse paso por las calles, el día paso lento, me levante cerca de las 6 de la tarde y fui directo al baño, abrí la ducha para dejar correr el agua fría y después de cepillarme los dientes, tomé el jabón pequeño del lavabo que usaba para lavarme las manos, el rastrillo y un espejo pequeño, empecé por afeitarme la barba completamente, delinearme las cejas, seguí con mi pecho, que no es muy velludo pero me molesta y por último mi entrepierna, tuve cuidado de no recortar demasiado porque es incómodo, al final del día muy molesto, solo hice lo necesario para no verme desalineado, termine de bañarme cuando oscureció por completo, recorte todas mis uñas sentado en el borde de la taza, con la tapa puesta y limpie la ducha, regrese a la habitación, me puse a escoger ropa, pantalón, zapatos, camisa, muy llamativo todo, una chaqueta negra porque hacía bastante frío esa noche y una vez estuve listo, use el perfume justo para deleitar a quien estuviese cerca de mí y no para llamar la atención de todo mundo, resultando molesto para los demás, salí al patio de mi casa y encendí las luces que colgaban por toda la cornisa de la azotea, la verdad es que adornaba solo para no ser el único en mi calle que no lo hacía pero hace años que había dejado el espíritu navideño de lado, mamá había fallecido de cáncer, mi hermana vivía en otro estado y las invitaciones estaban ahí, se aseguraba de siempre llamarme varios días antes de la cena de navidad para desearme felices fiestas y que me invitaba a compartir la cena con ella y sus hijos, yo no tenía nada que hacer con ella y mis sobrinos, solo daba molestias y no es mi estilo, mis amigos se reúnen en otras épocas del año, mayormente para ver jugar a la selección nacional, así que básicamente estoy solo estos días, cerré la puerta con llave y camine hasta el auto, mirando al cielo despejado pero con apenas unas cuantas estrellas, los gritos de los niños, el sonido de la pirotecnia estallando por todos lados y las luces navideñas junto con la música que producen, llenaban cada rincón de mi calle esa noche, miré por última vez a mi alrededor y note la mano de mi vecino haciéndome señas de despedida desde el tercer piso, en la casa de enfrente.
- "Feliz navidad vecino"- gritó desde lo alto, respondí de la misma manera y subí a mi automóvil, recorrí las calles, algunas vacías, otras casi sin autos y me dirigí al centro donde se encuentran los bares, busque sitio para estacionarme, pero antes de eso, me dispuse a buscar un bar con bastante gente, algo sabía hacer en esta vida y eso es entablar conversaciones con gente desconocida, al doblar sobre una calle aledaña a la principal, note el armatoste de escenario montado sobre la calle enfrente de un pequeño bar que parecía ser el único que tenía planes de dar servicio toda la noche, fui a estacionar el auto y camine por unos 15 minutos, saludando gente y deseando feliz navidad con una sonrisa media fingida a todos los que ponían miradas sobre mí, hasta que me decidí a regresar al bar donde seguramente más tarde tocaría una banda, entré directamente a la barra en el interior del lugar, tome un banco y me senté, le hice señas al cantinero que se encontraba al otro extremo de la barra sirviendo a una pareja joven, la cual salude con una sonrisa.
-Buenas noches mi amigo- me dijo el cantinero, un tipo quizás más delgado y alto que yo
-tomaré un whisky en las rocas-
- ¿doble o sencillo? ¿con hielo o sin hielo? - Preguntó con una sonrisa sarcástica en la cara mientras servía el vaso, esa noche pasó rápidamente, conversando con Tobías un extranjero amigo de un integrante de la banda, Jesús un motociclista que viajaba de un lugar a otro y ese día dio la casualidad de que se encontraba en la ciudad, hospedado en el hotel frente al bar y José, el cual no recuerdo a que se dedicaba ni de donde salió, la banda tocó, el tiempo pasó y poco a poco se despidieron las personas con las que platique esa noche, José el primero en irse, debía tomar un vuelo el día siguiente y reunirse con su familia en Guadalajara, Tobías una vez terminó de tocar la banda se sentó en la mesa con los demás músicos y Jesús se quedó conversando conmigo mucho más tiempo del que hubiese imaginado, ese hombre tiene historias hasta por las orejas, pero también se despidió diciendo que tenía la espalda destrozada y quería descansar, justo al servirme el último trago de esa noche y pasadas las 2am, se retiró José con la promesa de volvernos a ver algún día e intercambiar nuevamente conversaciones interesantes, termine por acomodarme sobre la barra, apoyado con ambos brazos, enjutando los hombros y relajando un poco la columna, no terminé de acomodar todo mi cuerpo, cuando a mi lado apareció desde detrás de mí, una chica, cabello lacio, estilo Californiano, recortado al hombro, un abrigo de peluche que empezaba en sus hombros y terminaba bajo sus costillas, debajo una blusa blanca semitransparente y pantalón blanco de mezclilla ajustado y con cinturón rojo rodeando la cintura, sin bolsa pero con carteron, sin accesorios en la manos pero con el celular, el cual colocó en la barra y acto seguido acomodo el banco donde se sentaría, justó a mi lado y sin dejarme ver su cara, se dirigió al cantinero
-un tequila, sal y limón por favor-
-Enseguida señorita, buenas noches y bienvenida- yo también levanté la mano y sonriéndole al cantinero como si de un amigo se tratara, le pedí mi cuenta en voz alta, inmediatamente la chica giro la cabeza hacia mí y con un tono de voz serio, controlador y molesto me preguntó...
- ¿me dejaras tomando sola?
-debiste llegar temprano, es tarde y tengo frío- le respondí como si se tratara de mi ex esposa mientras me llevaba el vaso a la boca
-yo podría calentarte- me respondió mientras se llevaba el caballito de tequila a la boca y me miraba fijamente antes de tomarlo por completo de un trago, como retándome.
- ¿con tu abrigo de peluche? Respondí, soltando una carcajada mientras veía como recorría sus labios con la lengua saboreando un limón cubierto de sal, esta vez sin mirarme y poniendo atención a lo que estaba haciendo, me sentí ignorado pues no hubo respuesta en segundos, volví a beber de mi vaso al que solo le quedaba un sorbo más.
-yo estaba pensando en otra forma- y desabrochando el abrigo de peluche giro hacia donde estaba yo, dejándome ver un hermoso par de pechos adornados por un brasier blanco, media copa, con encaje en los bordes, no eran grandes, pero tampoco pequeños, tenían el tamaño justo para verse muy llamativos, quise desviar la mirada para ver más claramente pero solo enfoqué el color de sus labios porque no quise verme atrevido y le dije.
- veo que también te hace falta algo de calor, es escasa tu ropa y quizás podamos solucionar este problema pasando la calle y le di el último sorbo a mi vaso señalando con la vista el hotel.
Pague mi cuenta, ella pagó la suya y acomodándose el abrigo se paró frente a mi como esperando un gesto de caballerosidad, así que estire la mano señalando la puerta de entrada, le indique que debía salir ella primero y tomando mi mano como si fuese niño regañado caminó frente a mí y recuerdo pensar que eso no estaba pasando ¿que había hecho¿En qué momento terminé en este punto? Cruzamos la calle sin cruzar miradas ni palabras, pedí una habitación y la escuché subiendo escaleras detrás de mí, en cuanto me dieron las llaves, control y toallas me dirigí a las escaleras para buscar la habitación, subimos 2 pisos más y al llegar al pasillo se inclinó a quitarse los tacones.
-me gusta el frío en los pies- me dijo
Abrí la habitación, coloque las cosas sobre la cómoda mientras la escuchaba abrir la puerta del baño, me senté en el borde de la cama, me retire la chaqueta y la aventé al piso, respire hondo medio aturdido por el alcohol y fue entonces cuando la vi salir del baño, ahora ya no tenía brasier, solo la blusa que transparentaba sus pezones y recorría su esbelta figura hasta cubrir unas bragas negras, también de encaje.
- ¿te gusto? - me pregunto mientras caminaba hacia mí.
-me gustan tus labios - respondí.
-puedes besarlos - inclinándose hacia mí y cerrando los ojos espero a que pusiera mis labios sobre los suyos y lo hice no sin antes tomar su cara tibia y tersa con una de mis manos, pasé mis dedos a través de su oreja y llegando hasta su cabello sedoso la aferre un poco y bese suavemente, ella acomodándose sobre mí, abrió sus piernas y se sentó sobre las mí, presiono su cuerpo contra el mío y yo la tomé con firmeza de la cintura, recorrí lentamente parte de su cadera, por encima de su blusa hasta llegar al final de la misma y el contacto con sus piernas me encantó, presione mis dedos sobre sus piernas y los deslice suave recorriendo suavemente sus piernas desde su cadera hasta la rodilla y de vuelta hasta tomar entre mis manos su bonito par de nalgas, dejo de besarme en la boca y tomo mi cabeza con sus manos, dirigiéndome directo a su cuello, sobre el cual deslice mi lengua y bese succionando con mis labios su piel, note como su respiración se detenía y volvía más agitada cada vez que intencionalmente mordía el borde de sus hombros y apretaba con firmeza una de sus nalgas, después de eso y buscando la forma de separarla un poco de mi cuerpo, para meter mi mano bajo su blusa y buscar uno de sus pechos, ella inclinándose, retiro su blusa sin esfuerzo y nuevamente jalando mi cabeza a uno de sus pechos, presione un poco mi cara y su aroma recorrió y lleno todos los espacios vacíos de mis pulmones, me encantaba aquella mujer y abriendo mi boca todo lo que podía para llenarme la boca de ella, con una de mis manos recorría por detrás su entrepierna, deslizando mis dedos hasta llegar a su espalda, me aventó de un empujón a la cama, desabrocho mi pantalón, saco mi miembro ya erecto de entre el bóxer negro que use esa noche y acomodándose sobre el para montarse encima, me miró a los ojos y me dijo.
- ¡espera! No me dijiste como te llamas-
- ¿Marvin? -
-Un gusto Marvin, me llamo Ximena-
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¿Hoy no?
Romance¿Que habría pasado? ¿Has imaginado todos los futuros alternos que podrías recorrer luego de tomar alguna decisión? Esta vida no regala segundas oportunidades y si lo hace, únicamente es para joderte!! ... Hola!! Éstos textos pertenecen a una colecc...