¿Hoy no?

Leslie

Mi departamento es el Pent-house 35B de la torre Bogotá, es la segunda torre construida  de un par de rascacielos, ubicados sobre una de las avenidas principales al sur de la ciudad, tendrán unos 15 años de antigüedad y aunque no es una zona de alta sociedad, ni los edificios son tan modernos, la vista me encanta y por ese motivo decidí vivir ahí.

Además, básicamente todo el techo de ese edificio me pertenece, hice el papeleo correspondiente para poder comprarlo y usarlo de helipuerto, afortunadamente esa parte de la ciudad tiene el permiso de uso de suelo para aeronaves de este tipo y la dirección general de aeronáutica civil me hizo el papeleo correspondiente para poder acondicionar la estructura del edificio y tener un helicóptero de tamaño pequeño sobre la torre.

Realmente no tenía pensado tener un helicóptero en mi vida pero luego de tenerlo, me dieron ganas de tener un helicóptero más grande, pero el límite de peso en todo el papeleo solo permitía tonelada y media, suficiente para un Bell 206 que fue el que adquirí en una subasta por 54 millones 764mil pesos.

Recuerdo muy bien el día en que mi amigo de toda la vida me invito a ir a la subasta, yo sin muchas ganas de asistir, accedí solo por tener la atención con el, porque realmente yo no soy fan de comprar cosas usadas, me parece una pérdida de dinero el tratar de reparar el daño que otra persona causó al objeto antes de deshacerse de él, pero bueno el helicóptero estaba en buen estado y al escucharlo en la subasta y con la euforia de todos gritando emocionados por comprar algo, me llevo a hacer lo mismo, no se que me impulso, la verdad para ese entonces no tenía ni idea de que hacer con mi vida, estaba por vender ese Pent-house y largarme de ahí.

Fue por problemas personales y una historia muy aparte de esto, pero mira, te la contaré por que me tengo que deshacer de ella, nadie hasta el momento sabe de esto porque mi vida privada es muy aparte de mi vida social y mi vida profesional.

El departamento lo compre cuando el dueño anterior fue embargado por el banco y me pareció una oferta excelente adquirirlo, tenia el dinero y económicamente me estaba yendo muy muy bien, en ese entonces vendía propiedades, lo que hacia era buscar casas o departamentos bien ubicados, remodelarlos y venderlos mayormente a extranjeros, en un año vendía de 4 a 8 propiedades y cuando querían deshacerse ellas me contactaban para hacerla de bróker, mi ganancia anual era en promedio de 700mil pesos pero todo se guardaba en un fondo de ahorro, solo ocupaba el dinero necesario para sobrevivir, los autos en los que me movía eran de una empresa de renta y mis trajes y zapatos venían del club rotario, creo que administrar el dinero siempre se me dio muy bien.

Pero bueno, vamos al grano por que siempre me extiendo hablando, esto sucedió cuando tenia 32 años, rentaba una habitación en el centro de la ciudad y hasta ese momento solo me había dedicado a trabajar para hacer dinero, algunas veces visitaba restaurantes caros y los fines de semana manejaba a ciudades cercanas para hospedarme en hoteles de lujo o viajaba a eventos dentro del país, en todas esas ocasiones siempre busque chicas escorts como compañía, ya sea para ir al cine, para cenar o simplemente si quería compañía en algún lugar, algunas las pagaba por horas, otras por días y fue debido a que no le encontraba sentido conocer a una mujer, invitarla a salir, conquistarla, enamorarla y tener sexo, en todo este proceso yo perdería tiempo y dinero que podía  acortar con tan solo llamar por teléfono y pedir alguna puta de catalogo.

Fue así como un día  conocí a Leslie, uno de mis amigos cumpliría 40 años además de 15 años de casado y estaba invitado a festejar, el lugar era una hacienda a las afueras de la ciudad, había alberca, caballos y una magnifica construcción de los años cincuentas, llame a la agencia diciendo que necesitaba una chica alta, complexión media y guapa, para las 3pm en la dirección de siempre, que era el hotel 3 Marías en el centro de la ciudad.