Exibicioista

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Lleva algo de maquillaje en la cara, labial rojo, un vestido de licra color verde militar, sin ropa interior debajo y mi mano recorriendo su figura tímidamente, guiandola por la cintura mientras caminamos hasta nuestro destino final.

El frío de la ciudad eriza su piel y endurece sus pezones, atrayendo miradas de extraños que pensaran lo peor de ella, pero únicamente busca calor entre mis brazos y me mira como pequeño perro amaestrado qué busca cumplir las órdenes de su dueño.

Se que haría cualquier cosa que le diga, lo ha hecho antes sin importar la gente a nuestro alrededor y me gusta exhibirla como peluche de feria que ha ganado un niño por pura suerte.

Puedo mirar la envidia en los ojos de quienes desean poseerla pero no entienden que es una pequeña y tierna mujer cómplice de mis fantasías, a la que adoro y algún día espero terminar de contarle los poros de la piel.

¿Hoy no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora