Marlene

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Maldito el día lunes, y repite todas las semanas sin forma alguna de librarse, como las ruedas de los hamsters o el tráfico en las mañanas.

Yo viví tranquilo por muchos años, incluso al lado de ella, hasta que descubrió la forma de fastidiarme la vida entera. Claro que todo esto tuvo un origen, así como lo tienen las plantas que germinan y viven cientos de años hechando raíces en el mismo lugar.

No recuerdo ni la fecha, pero fue un lunes, entró una llamada a mi celular y colocando el altavoz, conteste teniendola de frente.

-Hola amor, ¿como estas? Extrañado balbucie al contestar...

-¿Disculpe?

-¿Estas sólito bebé? Sin entender la situación, alcance a responder qué se habían equivocado y deslice el dedo sobre la pantalla, observando por encima, la cara desencajada de Marlene, al otro lado de la mesa.

De piel blanca, ojos de color y encendida del coraje, empezó a levantar la voz. No recuerdo absolutamente nada de la conversación, pero seguro estoy de que mi postura jamás se apartó del único escudo al que podía apelar...

-Se equivocaron de número, repetía una y otra vez sin hacer mella en la furia qué se la consumía por dentro.

Así empezó la tortura, pues cada domingo, le recordaba que el día siguiente sería lunes y a mi me llegaría una llamada.

Ya no pudimos ver series, porque cada vez que aparecía una chica en la pantalla, ella giraba la cabeza y me preguntaba con un tono desesperante.
-¿Así te gustan?

Giraba la cabeza mientras caminábamos, observaba carteles, revistas o me perdía un momento en el celular y aparecían preguntas relacionadas a la infidelidad que yo estaba cometiendo.

Imagino que su cabeza estaba inundada por la incertidumbre de saber como era la mujer que había llamado aquel maldito lunes y sinceramente yo también estaba intrigado por la situación.

Puede ser que al contarles esta historia, no se me crea en absoluto, por ser hombre, no por otra cosa, y eso es lo que me fastidia, porque si ella hubiese sido la víctima no estaríamos en esta situación.

O tal vez si, por la falta de interés mostrado, por no estar celoso y reclamarle como ella a mí, incluso me ha pasado por la cabeza, construir una máquina del tiempo para regresar al momento donde sucedió todo y silenciar el celular antes de arruinar esa bonita relación.

Y me gusta, la adoro con mi alma, pero cada día domingo, recuerda que el día siguiente es lunes y busca cualquier pretexto para sacar el tema y obtener al menos un poco de información que la oriente hacia la persona que ha llamado a mi celular.

No se que haría si llegara a encontrarla, pero a mi, cada lunes me desquicia con sus celos y la preferiría muerta, colgada en una repisa, para no tener que tragarme, la situación de la que no soy responsable.

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⏰ Última actualización: May 17 ⏰

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