CAP 11

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Pov Jeffrey:

—— ¿Que haría tu si tu hija algún día decide marcharse de casa sin dejar una explicación del porque?. —— Grito, y cuando proceso lo que dijo, se cubrió la boca e iba a salir pero le agarre el brazo levantando mi cuerpo sin importarme la herida. No lo dejaría ir. —— Sueltame. —— pidió pero no lo hice.

—— ¿De que hija estás hablando? —— Pregunté, pero el no respondía, no decía nada solo miraba en otra dirección. —— DIME DE UNA MALDITA VEZ QUE ME ESTAR OCULTANDO —— No quería gritarle, pero es que.... Joder ¿De que habla?. Afortunadamente no fue con mi voz de alfa. —— Ian habla de una puta vez porfavor —— Suplique. El se sirvió la nariz y hablo sin poner su vista en mi.

—— Tenemos una hija Jeffrey. Tiene siete años, de pelo negro y ojos verdes iguales a los tuyos y los de la señora Li. —— No pude sostener más su brazo. Él se safo y corrió a la puerta pero antes de salir le hable.

—— Quiero conocerla —— Eso salió de mis labios, no fui yo quien lo dijo sino mi alfa, yo quería pero no lograba que saliera en palabras. —— Si es mi hija quiero conocerla.

—— La verás cuando ella esté disponible, no puede venir estos días porque está en sus exámenes trimestrales. El-ella va en segundo de primaria y se llama Madison. Fue gracias a la ayuda de tus padres que no dormimos bajo un puente y logramos alimentarnos bien, ella está sana.  -- Dicho esto, desapareció por las puertas.

Una hija, tengo una hija con Ian. Madison, pelo negro, ojos verdes, siete años, segundo de secundaria. No me olvidare de esa información. No puedo, no debo olvidarla... Una hija, NUESTRA.

Horas más tardes llame a Stiv (mi padre) y tuvimos nuestra primera charla después de tantos años.

Me contó de Ian y Madison. Me contó todo lo que ocurrió desde la llegada del Omega al hospital hasta lo que es el día de hoy. Que mamá y él amaron a Madison desde que la vieron y notaron el parecido que tenía a mi cuando era pequeño, de lo inteligente que es la pequeña Maddy (como comúnmente le llama Ian), y muchas cosas más. Al final de la conversación le agradecí por haber cuidado del pelinegros Omega y de MI cría.

Cuatro días después, Ian no había vuelto a pisar mi habitación por más que se lo pedía, nos veremos la cara a diario porque acepte la propuesta de ir a vivir de nuevo con mis padres. Leonor vino hace algunos días y también me hablo de ella, papá, Madison e Ian. Todos tenía cosas buenas cosas por contar sobre él.

Mi madre me dijo que Ian había hablado con mi hija y le hablo de mi, y le contó que muy pronto se vería conmigo, ella se había puesto feliz por la noticia -eso me dijo papá-. Ya me habían dado alta, pero quice esperar la hora de salida de mi Omega de ojos azules y aproveché cuando lo vi para hablarle.

—— Ian —— le llamé mientras me acercaba, papá cargaba mis cosas e iba un paso atrás de mi —— ¿Para dónde vas? ¿Podemos hablar?

—— Ahora no puedo, tengo el tiempo justo para ir a recogerla al colegio —— Me respondió y Asentí.

—— ¿Puedo ir contigo? —— Se encogió de hombros.

—— Como quieras. —— Le sonreí, y repetí varias veces que si.

—— Padre, ¿puedes llevarnos al colegio de Madison? —— El asintió y me regaló una sonrisa la cual copié. Alcance a ver cómo Ian me miraba de soslayo y cuando notó mi vista en él actuó normal.

Subimos al carro de papá, él en el asiento de conductor e Ian y yo en la parte de atrás con una buena distancia y mirando por las ventanas. En todo el trayecto no quitó la vista de la ventana, por el retrovisor encontre varias veces la mirada del viejo, él me comprendía pero no podía hacer nada para ayudarme a mejorar la situación. El aroma de mi Omega era casi imperceptible, había escuchado de mamá que usaba perfumes bloqueadores; y el mío trataba de mantenerlo neutro para no fastidiar a mi padre

Prisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora