AKRAM
Estaba recuperando el aliento mientras observaba el cuerpo inerte de Hakim y más allá el de Kamal, los músculos me dolían, pero ya casi habíamos ganado por completo.
Los cobardes huían y corrían como las ratas que eran.
-¡Akram! -Me llamó Khaleb -¿No es esa Adhara? -Señaló a lo alto de la torreta en la que la había dejado. -Parece que no esta sola.
Agudicé la vista y estuve a punto de caer de rodillas por segunda vez.
No...- Supliqué en mi interior.
Ese malnacido de alguna forma había logrado dar con ella, su obsesión no tenía límites.
Debía darme prisa.
De inmediato busqué un caballo en el cual poder acudir a su encuentro inmediato.
Resiste -Le supliqué de manera silenciosa mientras cabalgaba a su encuentro en medio de la batalla.
A lo lejos vi cómo comenzaba su enfrentamiento, mientras yo azotaba con más fuerza para que acelerase el animal.
Un poco más -Susurré.
En el camino aún corrían uno que otro mercenario intentando cruzarse en mi camino para derribarme, sin embargo, yo los atravesaba sin dudarlo.
Tras lo que pareció una eternidad llegué a las instalaciones del ejército, y lo primero de lo que fui consciente fue de lo silencioso que estaba todo.
En otras circunstancias eso sería bueno, pero no en esta.
Puesto que solo podía significar que uno de los dos había caído y que él ya se la había llevado.
Por favor que ella esté bien -Le supliqué a lo que fuese que estuviese allá arriba. -No puedo vivir sin ella.
Desmonté y corrí lo más rápido que me permitió la armadura y las estrechas escaleras hasta alcanzar la torreta.
La busqué desesperadamente apenas tuve una visión del espacio en que se suponía ella debía estar, y vi con terror su cuerpo inerte bajo el de la peor de las alimañas.
-¡Adhara! -Grité con todas mis fuerzas. -¡No! Por favor, amor.
La vista comenzó a nublárseme mientras apartaba el cuerpo sin vida de Malek.
Los ojos de Adhara estaban cerrados, asomé mi cimitarra a sus labios para ver si se empañaba con su respiración y comprobé que no tenía aliento.
Estuve a punto de desmayarme en ese instante pues las fuerzas me abandonaban.
En lugar de ello solo pensé en darle aliento, asomé mis labios a los suyos e intenté infundirle aire, alternando con compresiones sobre su pecho.
-Por favor amor, por favor, despierta.
Volví a darle respiración de boca a boca y a repetir las compresiones.
Estaba loco de desesperación.
Las lágrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas y el miedo se apoderó de mi ser.
-Akram... -La voz de Khaleb resonó tras mío -Akram, se ha ido.
No, no, no, no, imposible, no puede ser.
Intenté silenciar su voz en mi cabeza y hacer caso omiso.
-Akram levántate, es inútil. -Repitió mientras trataba de tomarme por los hombros.
-¡No! -Grité mientras lo apartaba y volvía a mi rutina desesperada por revivirla. -Ella es fuerte, lo logrará.
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AKRAM: ¿Un Príncipe árabe puede enamorarse?
RomanceEn las lejanas tierras árabes Adhara sueña con historias de amor y recuerdos de una época en la que la abundancia y buena fortuna acompañaban a su familia. Los tiempos de bonanza pasaron, ahora no es más que una esclava, y la esperanza de amar y ser...