Capitulo 14. Piezas rotas

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Fui dado de alta del hospital, mientras el seguía dormido, dejé el hospital con toda la esperanza que volveria por el, mi madre lo cuidaba, mientras yo regresaba al que fue nuestro departamento, marqué un numero telefónico sin recibir contestación, queria hacer las cosas bien esta vez, el número de Pichit era el marcado, un mensaje en su contestadora - Hola, soy Yuuri, cuando puedas llamame - la casa estaba hecha un caos, ropa en el suelo, cristales rotos, el no habia recogido nada, ya no importaba, cuando el despertará todo seria diferente, puse aquel CD con canciones que recibí de el, barria todo lo tirado, ropa que terminó en una bolsa negra de basura, el timbre sonó, abri la puerta un omega moreno con una bonita sonrisa estaba parado frente a mi - Necesitas ayuda? - me dijo Pichit, yo asenti, el me dio un abrazo.

Con cubetas de pintura, con muebles nuevos apunto de llegar, aquel departamento que nos vio llorar, pelear y separarnos seria restaurado en un intento por reparar todo lo que se dañó, su alfa llegó después entre los 3 cambiabamos cosas de lugar, pintabamos otras, mi hermana llegó con comida para continúar limpiando todo, sacamos varias bolsas de basura a su limite, encontré fotografías nuestras con sus marcos rotos, las saqué con cuidado cada una, compré porta retratos nuevos, con luces alrededor, tenia que estar listo cuando el despertara.

Pichit no quiso hablar de nada, ni recibir mis disculpas, no queria saber porqué me aleje todo este tiempo, solo me abrazó - Estabas en un mal momento - fue lo unico que me dijo, para abandonar el departamento con su compañero, quien diria que ellos 2 terminarían siendo más que un acoston de una sola noche?.

Era media noche, y no podía dormir, la cama me parecía demasiado grande, cuantas noches pasaste solo amor mio en este lugar?, me recosté de su lado, aun tenia su aroma, me llené de el, y me perdia en sueños, desde que salí del hospital, no habia otro sueño, caminaba solo, en un lugar lleno de luz, nubes que rosaban el suelo, risas por doquier, y unos hermosos ojos azules que me miraban, unos ojos bellos con unas pestañas rizadas, que pestañeaban para mi, un sueño extraño, quiza era mi desesperación por ver a Viktor despierto, una llamada a las 3 am me despertó, mi tia al otro lado del teléfono - Yuuri, ven pronto, el... Acaba de despertar.

Con mis cabellos alborotados y un pants a juego que apenas pude ponerme, sali de mi hogar con el corazón en la mano, tratando de encontrar un taxi, abrió los ojos, necesitaba verlo, después de una hora larga llegué justo cuando Otabek lo revisaba, Minako habia sido sacada de la habitación- Tia... - apenas podia hablar, habia corrido demasiado en la fria noche.

- Tranquilo, el solo abrio los ojos estaba confundido, Otabek lo revisa - me daba unas palmadas en la espalda, vi salir al de bata blanca con unos documentos en la mano.

- Yuuri, ha pedido verte, puedes pasar - las piernas me temblaban, mis manos sudaban, trate de poner mis cabellos alborotados en su lugar, dejando ver mi reflejo en una de las puertas metálicas - Me veo bien tia? - cause la risa de ambos.

- Creés que le importara como te mires? - me dijo mi tia sonriendome, suspiré tomando valor, abri la puerta, la luz de su cabecera era lo único que nos iluminaba, estaba sentado con unas cuantas almohadas apiladas en su espalda, veia hacia afuera por aquella ventana, el cielo estaba despejado, la luna brillante, y las estrellas acompañandola, era una madrugada hermosa, la mejor para que el abriera los ojos, escuchó mis pasos, dirigió su mirada hacia mi, me sonreia, una de sus hermosas sonrisas que añoraba tanto ver, explote en llanto camine aprisa hacia el y lo abrace, sollozaba en sus brazos, me aferre a su bata, hasta que mis nudillos perdieron su color, era un niño que estuvo apuntó de perderlo todo y que la vida le habia dado una nueva oportunidad, su aroma a chocolate hacia que mi lobo saltara de alegria, sus brazos me rodearon, sentí sus labios darme tiernos besos en la marca que el habia dejado en mi, llenandome de calidez - Te amo Viktor - fue lo unico que pude decir antes de darle un beso en sus labios - No te dejaré ir jamás - acariciaba mi rostro y yo el suyo, nos mirabamos a los ojos reconociendonos, un beso, otro, no queria apartarme de el, si esto era un sueño no quería despertar.

Querido último amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora