Capítulo 13. Rojo Carmesí

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Habia iniciado un día mas con fiebre, otra vez una fiebre aterradora que nublaba más mi realidad, me sentía aun más cansado de lo que ya me habia sentido con anterioridad, la mascarilla que me suministraba oxígeno ya no me era suficiente, escuchaba los monitores acompañados por los silbidos que salian de mis pulmones, Viktor estaba peor, este dia comenzaba con convulsiones recurrentes como si se estuviera dando por vencido, igual que yo.

La mirada angustiada de mi madre, las lagrimas de mi hermana, y las manos temblorosas de Minako firmando los consentimientos para intubarme lo decian todo, me decian palabras cariñosas, y después de tanto tiempo mi padre que había tenido un semblante rigido toda su vida, ahora me dedicaba un rostro golpeado por el dolor, de ver a su hijo morir.

Me dio un beso en la frente, tratando de aliviar mi preocupación, todo me dolía, los estaba haciendo sufrir, me sentía idiota por ello, pero habia algo en la habitación que llamaba mas mi atención, una alucinación parada en la esquina del cubículo, con sus ojos azules de cielo, su cabello plateado sedoso, me miraba atento, en silencio, varias veces mi mirada volteo hacia mi alfa, necesitaba mirarlo acostado a mi lado, con aquellos tubos que le permitían vivir, para confirmar que lo que veia frente a mi era una alucinación, pues veia a Viktor parado mirandome, una alucinacion que me confirmaba que ya habia perdido la cordura.

Mi mirada estaba perdida, estaba posada en esa silueta, aquella silueta que no era mas que mis deseos manifestandose, queria ver a Viktor de pie, mirarlo bien, abrazarlo, necesitaba decirle que jamas dejaría de amarlo, que jamas volveria a soltarlo.

Otabeck entró con su mirada triste, dispuesto a intubarme, le dedique unos segundos para volver a posar mis ojos en el protagonista de mis sueños - Yuuri, estas bien? sucede algo? - asentí con mi cara para volver a perder mi mirada - tienes alucinaciones?, que ves?.

- Viktor.... - le dije señalando a la nada, sus ojos se abrieron, asustado, moririamos juntos?, ese seria nuestro decenlace?, mire a Yurio introducir la jeringa con un líquido blanco en mi torrente sanguíneo, mis ojos se fueron cerrando, una desconexion del mundo.

Me miraba de nuevo como en retrospectiva, de nuevo miraba todo como si fuera algo ajeno a mi, aunque era mi propia vida, era de nuevo el espectador, estaba aun claro, deberían de ser mas de las 6 de la tarde, llovia demasiado en la carretera, el chófer manejaba con su vista al frente, todos estaban a medio dormir, algunos veian una película en alguna de las pantallas del autobus donde viajabamos, mi alfa tenia su cabeza agachada, cabizbajo, triste, tenia los audífonos puestos ignorando su dolor para no saltarle encima diciéndole que no queria el divorcio, me los quité un rato para ir al baño, vomite todo por las sensaciones de arrepentimiento que me golpeaban, volví a mi asiento, sin mirarlo a el, le di la espalda sin ponerme el cinturón de seguridad.

A lo lejos un auto queriendo rebasar, provocó que un camion de carga con material de construcción fuera a sentido contrario, Viktor abrio sus ojos al mirar lo que ocurriria, como acto reflejo, me rodeó con sus brazos, el impacto fue impresionante, aquellas varillas y vigas atravesaron los cristales, el me cubrió con su cuerpo, recibiendo todo el impacto  Te amo Yuuri fueron las últimas palabras, antes de desmayarse, la gente gritaba, angustia, miedo, todo estaba presente.

El sonido de las ambulancias a lo lejos, estaba abrazado por el inconsciente, un unico golpe en la cabeza me habia hecho perder el conocimiento, la sangre de Viktor caia sobre mi, habia sido el peor esposo, aun asi el habia sacrificado su vida por mi - Ayudenlos, ayuda!!! - comence a gritar aunque nadie podia oirme, escuchar a mi alfa quejarse de dolor hacia que mi lobo golpeara mi pecho con enojo, los minutos pasaban, la gente dejaba de respirar y no podia hacer nada - Te amo Viktor, no te des por vencido, te amo.

Llegaron las ambulancias, haciendome sentir aun mas angustiado, veia como el equipo de paramedicos y rescatistas, nos sacaban del lugar, el no dejó de abrazarme ni un solo momento, mi alfa era puesto en la camilla, con unas manchas rojo carmesí cubriendolo, unas varillas incrustados en su cuerpo, aun estaba consciente, atento a que fuera puesto a salvo, cerró sus ojos en cuanto me vio subir a la ambulancia, llore, llore demasiado viendo todo asi, como una película tragica, estaba desvanecido en una camilla, solo con un golpe, cuando el recibió todo el impacto por mi, vino a mi mente tirarle todo lo que encontraba a mi paso, haciéndole reclamaciones sin sentido, he sido una persona cruel, aun asi me diste todo- Tanto me amas que diste tu vida por mi? - pregunte sabiendo que no tendría respuesta.

Querido último amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora