Querido último amor

Capítulo 4. Lejos de ti

Las palabras de Minako, me dolieron demasiado, el recuerdo que tenía me había dado una idea, ahora lo confirmaba, no poder tener hijos había destruido mi matrimonio, pero lo que me dijo aquella persona sobre haber dejado de amarlo seguía siendo una incógnita.

- Llevaban dos años de casados, sin llevar precaucion alguna, estabas angustiado, el te había dicho tanto sobre tener un hijo, estabas más desesperado por eso, fuiste a varias clínicas, nadie encontraba la respuesta, no había motivo fisiológico, que pudiera explicar tu infertilidad, incluso Viktor se hizo análisis, los dos estaban bien, solo no podían consevir, un médico se atrevió a decirte que era porque tu cuerpo lo rechazaba porque no era de tu destinado, te habías desesperado, y le pediste el divorcio, te sentías culpable, angustiado por no poder hacer realidad los deseos de tu esposo, incluso le dijiste que regresarías con JJ, el jamás te creyó, pero seguías necio, querías dejarlo libre para que él buscará alguien que pudiera darle familia, no fue por falta de amor, ni por alguna infidelidad, simplemente querías que el cumpliera sus sueños con alguien más, aunque eso te doliera.

Comencé a llorar de nuevo, seguíamos sin tener noticias, seguía angustiado recordando su mano moverse por la convulsión, sentía que mi vida estaba detrás de esas paredes de la UCI, me acomode en una silla de la sala de espera mis ojos se cerraban por el cansancio acomulado.

Había llegado a mi departamento después de estar con Phichit en aquel café, JJ me esperaba, trate de ignorarlo, pero el seguía mis pasos, me trataba de explicar todo como un simple juego, minimizando el hecho de que las omegas que estaban con el en las fotos, no llevarán ropa - Voy a amarte solo a ti - fueron sus palabras dichas, me reí por sus estupideces - Escuchame, necesito que me pongas atención, una de ellas... - no termino de decirme nada, cuando volvió a sonar mi celular, Phichit me había mandado una captura de pantalla, una felicitación a Jean Jacques Leroy por la espera de su primer hijo con Isabella Yang, una modelo muy reconocida, varios criticaban no haber salido de un escándalo para iniciar otro, me llene de rabia, siempre lo vi solo a él, mientras que ese alfa estúpido, se había pasado varias omegas sobre sus piernas, me levante tomando un vaso de agua - te lo dijeron cierto?- fueron sus palabras antes de que le aventara el agua de mi vaso y escupiera a su cara.

- Tu y esa mujer, se pueden ir mucho a la mierda, estoy cansado de tus patanadas Leroy - lo saque a empujones, le di en el ojo con mi anillo de compromiso, el cual se lo había aventado a la cara, cerré la puerta, mientras el seguía golpeandola entre insultos, prendí mi stereo y puse la música a todo volumen, con Michael Bolton a todo pulmón.

Mi portero llamo a mi casa, pidiéndome que amablemente hablara con mi pareja, que estaba molestando a los vecinos con las patadas, e insultos que daba a mi puerta, o se vería en la penosa necesidad de llamar a la policía, me decía que lo sentía varias veces.

- No se preocupe Martín, llame usted a la policía, no tenga contemplación - me serví una taza de vino, y cambié la música por Celine Dion, All by Myself fue la elegida, los sonidos de las patrullas no se hicieron esperar, subí más el volumen de mi música, cantaba con el mismo sentimiento con el que cantaba Bridget Jones cuando se sentía solterona a sus 30's, mire hacia afuera por mi ventana, mi alfa reclamaba con los policias mientras señalaba mi departamento, cerré las cortinas y apague las luces.

Bastaron unos minutos para que tuviera a mi suegra llamándome, cuando conteste un sin fin de reclamos no se hicieron esperar, me reclamaba por haber sido un omega grosero, por haber permitido que su hijo fuera a parar a la comisaría - Tiene lo que se merece - fue lo último que le dije antes de colgar el teléfono, lo desconecté.

Al día siguiente fue lo mismo los titulares de las revistas y periódicos decían lo mismo, JJ tendría un hijo con una modelo muy importante, ellos eran el centro de atención, hablaban de la pareja tan atractiva que hacían, del bebé tan hermoso que saldría, mientras que estaba solo y abandonado entre las cuatro paredes de mi habitación.