Capítulo 11. Voy a odiarte

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Después de aquella pelea, entre los 2, JJ se volvió loco, descargó su furia e inmadurez con mi familia, su boca se llenó de veneno, diciendoles que lo habia abandonado por un drogadicto, mis padres asustados pidieron hablar conmigo, viajé lo antes posible temiendo que las cosas se hicieran mas grandes, Viktor lo supo, no dejó que fuera solo, el era un alfa apuesto, tenia un aire de chico malo, pero era el alfa que mejor me habia tratado, un alfa amable, servicial, gentil, era todo menos lo que se decia.

Llegamos a mi casa, aquella casa que me vio crecer, el lugar seguia siendo igual de hermoso, sabia que abrir recientemente una cadena hotelera habia sido un duro golpe, para los hoteles tradicionales de la zona, pero mis padres eran fieles de guardar sus costumbres, toqué a la puerta con el corazón a punto de estallar, fui abrazado por Mari, mi hermana fiel que temia lo peor, verme llegar del brazo de la manzana de la discordia no fue agradable, con unos jeans azules, una playera blanca y chamarra de cuero, mi flamante nuevo novio entró a mi hogar ante la mirada frenetica de todos, Minako me guiño el ojo en clara señal de aprovacion, Mari después de observarlo detenidamente y darse cuenta que tenía buena retaguardia me alzó el dedo pulgar en señal de apoyo, mientras que mi madre estaba sonrojada al verlo, mi padre tenia una cara seria, molesta - Muy buenas tardes señores Katsuki, muchas gracias por recibirme en su casa, soy Viktor Nikiforov novio de su hijo Yuuri - el era un hombre muy educado, que ayudó a mi madre a levantarse, una lesion pasada en su pierna derecha, no le ayudaba mucho a caminar, el amablemente le ofrecio su brazo con una sonrisa, era todo lo contrario a lo que fue JJ, que a ciencia cierta era nada aprobado por mi padre, quien lo veia como un alfa presuntuoso, maleducado y orgulloso, Viktor era un chico alegre, servicial, un buen hombre que llevaba mis maletas sin que se lo pidiera, que abria la puerta del auto como un caballero, que me acomodaba la silla para que me sentara como una señal de galanteo, un alfa que me habia enamorado, que me habia hecho sentir emociones que aquella otra persona no podia, era verdad, la situación económica no era la mejor, habia llegado sin un peso de Rusia, sin nada mas que una guitarra y miles de sueños en los bolsillos, habia estudiado una carrera cuyo titulo no habia podido pagar, ahora se encontraba tocando en un cafe, esperando juntar el dinero suficiente para que un documento pudiera evaluar sus capacidades, negocios internacionales, eso habia estudiado, hablaba perfectamente Inglés, Ruso, Francés y Español, cantaba maravilloso, era el alfa dulce que siempre soñe tener, no tenía familia, ellos habian muerto, no tenia a nadie en el mundo, un hombre valiente que me cuidaba como un tesoro, mi madre simpatizo con el de inmediato, ella le gustaba cocinar, el se amarraba su cabello ayudandole a cortar lo que fuera necesaria, autodenominandose su asistente, mi padre solo lo observaba, platicaban aveces, jamás me imagine viendolo a el preparar mi comida favorita al lado de mi familia.

Por las noches tomaba la vieja guitarra de mi padre y cantaba, cantaba para mi, nos sentábamos en el jardin de mi casa, esperando que el sol se ocultara, dejando que los que pudieran nos acompañaran, la guitarra sonaba, su voz la acompañaba, mientras Said i love you but i lied de Michael Bolton me era dedicada.

Amaba escuchar de sus labios, dije que te amaba pero te menti, porque esto que siento por dentro es más que amor, dije que te amaba pero me equivoqué, porque el amor jamas podría sentirse tan fuerte, dije que te amaba pero menti. Le agradecía con un tierno beso, un beso dulce y gentil Jamas te habia visto tan feliz, Brillas mas que nunca, Tu sonrisa es aun mas hermosa que antes, eran las tantas palabras de mi gente allegada, si es verdad, jamas he sido tan feliz, si es cierto, el me llena de luz y yo la irradio al mundo, es real, soy feliz solo con el.

Caminabamos como un par de enamorados jugando bajo la lluvia por mi pueblo natal, levantando las miradas, causando habladurías, mi nuevo novio causaba expectación, si alguien me hubiera dicho que esto me ocurriria jamas lo hubiera creido, regresamos a la ciudad, fuimos despedidos por mi familia, terminé trabajando a su lado en aquel cafe, y aquella rubia de nombre Dayan terminó siendo una buena persona, Yurio y Otabek, nos acompañaban en nuestras noches de insomnio, ellos ya vivían juntos, habian dado un paso que Viktor discutía conmigo, pronto cumpliriamos un año juntos pese a todo pronóstico.

Querido último amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora