𝟎𝟒: ¿𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮é 𝐭𝐚𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐚?

103 8 6
                                    

Me despierto por los fuertes toquidos a la puerta de mi habitación, me quejo y me levanté pero al final me ganó el sueño y le volví acostar.

— ¡Fernanda! — Oigo la voz de mi madre y me levanto de inmediato.

Froto mis ojos y acomodó mi cabello para que no se de cuenta que estaba dormida, aunque eso es imposible de ocultar.

— ¿Mamá? — Dije al mirar frente a la puerta de mi habitación — ¿Qué sucede?

— La fiesta es en una hora ¿Ya estás lista?

Mierda olvide la fiesta, me rei pero mi mamá de amargada no le encontró gracia al asunto.

— Vamos adentro, todos están listos menos tú.

Mi madre entra a mi habitación y suelto un suspiro, cierro la puerta y voy por mi maleta para sacar uno de los vestidos que mi mejor amiga me ayudó a escojer en Berlín hace unos días.

Entro al baño para ponerme el vestido color dorado, si no es mi color favorito, pero según mi amiga era el que mejor me quedaba. El vestido tenía algunos detalles plateados y era largo, ideal para suba fiesta de noche o eso es lo que me dijeron en la tienda.

Al salir mi madre me observa asombrada.

— Estás divina cariño — Miro a mi madre y sonrío ampliamente — Es el vestido perfecto para ti.

— Cristina dijo lo mismo — Dije — No es mi estilo, pero si no escojia algo descente me hubieras matado.

Mi madre niega riendo — Es un evento importante para la familia Fernanda, sólo trata de convivir más con mi familia.

— Mamá sabes que no me llevo bien con ellos, si estoy aquí es por la abuela y por ti nada más.

Mi madre ya no dice nada más, saco de mi bolso algo de maquillaje y una plancha para el cabello.

Me arreglo lo más rápido mientras mi madre me ayuda con mi cabello, estamos hacia por media hora hasta que finalmente terminamos.

— Estás preciosa — Mi madre hace que me miré al espejo y coincido con ella, el vestido sin lugar a dudas es el correcto.

— Ya quiero ver qué Bruno te vea, sin duda captarán la atención de la familia.

— Mamá — Suspiré mirándola — Quiero que dejes de insistir con el tema de Bruno.

— ¿Por qué? ¿Sucedió algo ente ustedes?

— Ya no estoy más con él, terminamos pero Bruno es tan imbécil y tóxico que no lo acepta.

— Fernanda, eso no puede ser si ustedes eran una excelente pareja.

— Ya no más mamá, así que por favor deja de insistir con eso. Yo ya no soy novia de Bruno, yo le dije que se fuera, peor no quiere así que no me importa no le haré caso en toda la noche.

— Fer porque no hablan, estoy segura que cualquier cosa la pueden solucionar.

— ¡No mamá! — Grite — No entiendo cómo es que tú me dices eso, se supone que debes de apoyarme en mis decisiones.

La miré sería y enojada, odio que mi mamá muchas veces este en mi contra y no me apoye en mis decisiones.

Tomó mis cosas, salgo de la habitación y voy directo al ascensor hacía la recepción en busca de mi padre, pero me detengo al chocar con alguien y terminar en el suelo.

— ¡Qué carajos! — Me queje — ¿A caso no ves por dónde caminas?

Alzo la mirada y me encuentro con Robin, el novio de Alexandra.

— ¿Yo? Pero si fue tu culpa — Robin me miro ofendido — Eres tú la que no mira por dónde camina.

Rodó los ojos e intento ponerme de pie, que engreído.

— Déjame ayudarte.

Robin extiende su mano en mi dirección y lo miro por unos segundos hasta que decido tomarla para así ponerme de pie.

— ¿No te lastimaste? — Pregunta y niego sin mirarlo — Fer ¿Así te llamas no?

— Si, ese es mi nombre — Respondí.

— ¿Estás bien? ¿No te lastimaste?

— Estoy bien, gracias.

Dije para después irme sin decir nada más, subo al elevador y miro mi teléfono en lo que llegó a la recepción.

— Fer, hija justo iba buscarte a tu habitación — Miro a mi padre en cuanto las puertas del ascensor se abren — Wow estás hermosísima.

Sonreí y abracé a mi padre, él es quien siempre me apoya en todo y está ahí para mí. Algo que mi madre no hace.

— ¿Está todo bien hija? — Mi padre me mira preocupado al separarnos.

— Si, todo está bien — Sonrió levemente — ¿Y para qué me ibas a buscar?

— Todos están ya en el salón, sólo faltas tú y tu madre para que la fiesta pueda empezar.

Asentí y en ese momento las puertas del ascensor se abren dejando ver a mi mamá.

Mi madre no me dice nada solo toma el brazo de mi padre y vamos directo al salón.

Al entrar siento un par de miradas sobre mi, algo incómodo. Junto a mis padres vamos directo a la mesa donde está mi abuela y nos sentamos.

Los novios hacen su entrada espectacular y los asistentes aplaudimos.

Y como dice mi madre "la gran fiesta da inicio" por mi parte sólo me la paso sentada en la mesa mirando a muchos bailar con su pareja.

Ahora que menciona pareja ¿Dónde está Bruno? Bueno que no esté aquí es una buena noticia.

Han pasado algunas horas y yo sigo sentada, mi abuela insiste en que vaya a convivir pero ¿Con quién? No conozco a absolutamente nadie y la familia que está no tengo una buena relación con ellos.

— Ahora vuelvo — Le dije a mi abuela y me levanté de la mesa.

Caminé hasta llegar al palco del salón que tiene una vista a la playa, la noche hace que la vista sea mucho más hermosa y relajante.

— ¿Por qué tan sola? — Escucho una voz masculina detrás de mi, confundida volteo y me encuentro con la persona menos esperada.

𝐋𝐄𝐓 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒𝐄𝐋𝐅 𝐁𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐃 || ROBIN KOCH ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora