𝐋𝐄𝐓 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒𝐄𝐋𝐅 𝐁𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐃 || ROBIN KOCH ||

𝟐𝟒: 𝐥𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐚 𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚

Días después:

— Prometo irte a visitar cuando pueda a Italia.

— Estaré esperándote con ansias, Fer.

Sonreí y lo abracé.

— Cualquier cosa que pase con él, me avisas si sabré si tendré que darle su merecido o no.

Reí divertida — No pasará nada más, Dani. No respondió mis mensajes y llamadas en los últimos días, creo es claro lo que me quiere decir.

Dani me abraza y contento las lágrimas que amenazan con salir.

Jamás me había sentido de esta manera y menos por un chico, pero está vez Robin era especial.

— Cuídate Fer, tienes mi número para cualquier cosa.

— Si, adiós.

Me despido de él y beso su mejilla.

Daniel toma su equipaje y camina a la fila de revisión de papeles, para después ir a la zona de abordaje.

Salgo del aeropuerto, tomo un taxi que me llevará hasta el hotel donde pasaré el resto del día.

Le pago la señor y bajo y del taxi, entro al hotel y voy directo al elevador, aprieto el botón del número del piso al que voy y las puertas del ascensor se cierra.

Para mí mala suerte las puerta de la habitación de la persona que menos quiero ver se abre, si habló de Robin.

— Fer... — Me llama, pero hago caso omiso y voy directo a mi habitación —¿Estás bien? — Robin me detiene tomando mi brazo.

— ¿Quieres soltarme, por favor?

— No has respondido mi pregunta.

— ¿No crees que es por algo? Lo que menos quiero ahora es hablar contigo.

— Fer...

— No quiero hablar contigo Robin, no después de lo que me hiciste. ¡Me enamoré de ti! Te lo dije esa última vez que estuvimos juntos ¿Acaso te importó? No, no dijiste nada y te fuiste de ahí.

Robin no dice nada.

— Esa es la razón por la que no quiero hablar contigo.

Me solté de su agarré y entre a mi habitación dando un portazo.

¡Es un imbécil!

Me iba sentar en el sofá, pero alguien toca la puerta.

— ¿Creo que fui clara contigo, no? — Dije al abrir, pero me no era Robin, si no mi padre — Papá...

— Hola, hija.

Sonreí nerviosa, lo dejé pasar y ahora sí me senté en el sofá.

— ¿Sucedió algo? — Pregunté.

— Eso mismo te pregunto, casualmente escuché la conversación o discusión con el novio de tu prima.

Bajé la mirada y solté un suspiro.

— Papá, yo...no quiero que pienses que soy una mala persona.

— Jamás pensaría eso de ti hija, sólo quiero que me tengas confianza y me cuentes todo.

— Uno no elige de quién se enamora — Cité ma frase que Dani me dijo hace unos días — Eso me pasó con él...

— No te culpare por nada, Fer. Al contrario, te apoyaré.

— Me enamoré de Robin, papá. Nos conocimos y fue como una conexión instantánea entre los dos, pase más tiempo con él hasta que pasó todo.

— Y ahora él no sabe que es lo que quiere ¿No?

— Si — Murmuré — La última vez que estuvimos juntos tiene días o mejor dicho semanas, si. Le dije que me había enamorado de él, pero no dijo nada y se fue ahí dejándome sola.

— Está confundido, Fer, ese es su problema.

— Si, ya varios me lo han dicho.

— Te mereces lo mejor cariño, no quiero verte triste y menos por un tonto que no sabe valorarte.

— Lo he pensado papá y lo mejor es que vuelva a Berlín, aún tengo semanas de vacaciones, pero estar aquí no me ayuda en nada.

— Lo entiendo, yo arregló tu vuelo de vuelta a casa.

— Gracias papá — Lo abracé.

— No agradezcas Fer, eres mi hija, mi única hija y quiero lo mejor para ti.